aquí la duda es: ¿dónde ha estado el diario El País las últimas décadas?
De lo público a lo privado y viceversa: el problema de las puertas giratorias
Las relaciones entre empresa privada y administración pública son motivo
de atención en el diario El País. Estas relaciones implican un trasvase
de directivos de una parte a la otra y viceversa. Esta estrecha
vinculación acarrea muchos problemas de control y transparencia. Lo que
no se puede evitar, según parece, es que exista esta relación. Lo que es
evitable y no se practica en España es la transparencia y el control de
este trasvase entre empresas privadas y administración pública.
En este país aún no hay una cultura de interrogar, preguntar y exigir
responsabilidades a los mandos y entidades públicas. Es cierto que
comienzan a existir mecanismos pero aún son muy débiles y permiten que
la corrupción deforme nuestras estructuras públicas. El estado a veces
pide responsabilidad a los ciudadanos para que cuidemos mejor nuestros
servicios públicos. Y están en lo cierto. Pero lo que no puede ser es
que entren y salgan directivos de nuestras administraciones sin que sean
sometidos a una comisión de investigación y control de sus
actividades.Los políticos y directivos públicos deberían someterse a
leyes más estrictas que puedan controlar y penalizar sus actividades.
¿Quien que no robe tiene miedo a la justicia?
El miedo hay que tenerlo a los corruptos que sin piedad se apropian de
lo ajeno y crean un clima oscuro y nada transparente. Eso esta
ocurriendo en nuestra política y nuestras administraciones publicas.
Deben cambiar las leyes y ajustarse a la realidad. Si un trabajador coge
dinero de la caja para llevárselo a casa y lo atrapan seguro que lo
despiden de inmediato. Si un trabajador pacta con proveedores más caros
porque le dan comisión y es detectado por la empresa seguro que recibirá
un escarmiento si no lo despiden directamente. Pero estas prácticas
están muy extendidas en nuestra cultura de: yo te ayudo y tú me ayudas.
Es como la mafia italiana pero en versión picaresco.
También en buena parte de Italia la población está despertando de su
pesadilla y se manifiestan públicamente en contra de la mafia obteniendo
muy buenos resultados. Necesitamos transparencia y control sobre
nuestro sistema político y el funcionariado que dirige nuestras
administraciones. Esa es mi reflexión de este domingo. Que exista
libertad de movimiento entre lo privado y lo público creando sistemas
efectivos de transparencia y control de las actuaciones. Debemos cambiar
nuestra mentalidad inmadura y temerosa y pasar a otro nivel de
democracia. No solo votar en las urnas y expresarse libremente. Atrás
deberán quedar las reminiscencias franquistas y autoritarias para dar
paso a demócratas más responsables, transparentes y serviciales con la
comunidad. No es una cuestión puramente ideológica. Lo exige el sistema,
la ciudadanía.
O evolucionamos en este sentido o fracasaremos continuamente repitiendo
los errores hasta la saciedad. Mientras que en los años 50 Francia,
Alemania, Italia, Luxemburgo, Bélgica y los Países Bajos ya iniciaban
sus procesos democráticos en España, Portugal y Grecia seguían
instaladas sus dictaduras correspondientes que les impedía crecer de la
misma forma. No será hasta los años 70 en que estos tres países
abandonen sus respectivas dictaduras y comiencen la andadura
democrática. Son pues 20 años de diferencia en este recorrido. Nos
quedan muchos deberes por realizar. Y el de la transparencia y control
de la corrupción es uno de los más importantes. No olvidemos que nuestra
deuda bancaria viene dada por estas prácticas corruptas y esta falta de
control. Y ahora tendremos que pagarlo entre todos, mientras unos pocos
se han embolsado lo que no es suyo.
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