20140510
Crimen machista 'como violación de los Derechos Humanos'
como se detalla en el último párrafo, desde el mismo Ministerio se anima a incluir en la noticia "información" como "bebedor", "celoso".. aunque ello falte a la verdad.. y ocultando deliberadamente la nacionalidad, la situación económica, o la cualificación profesional, para "huir de estereotipos".. y ésto para unas 50-60 muertes anuales, a lo que cada año se dedican varios miles de millones de Euros..
y silencio, mucho silencio (hay víctimas de segunda, ni siquiera merecen un renglón en un periódico) en cuanto a los accidentes laborales (por lo menos unos 5000 fallecimientos anuales), a los accidentes de tráfico (por lo menos otros 5000 fallecimientos anuales).. temas a los que, por cierto, tampoco se dedica ni un Euro de "dinero público".. porque eso no constituye ninguna "violación de los Derechos Humanos".. y viendo el interés que le dedica el Gobierno, incluso se podría entender que ésto es lo deseable..
disfruten lo votado..
Crimen machista 'como violación de los Derechos Humanos'
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad pidió ayer a las televisiones privadas que traten «cada información» sobre violencia de género como «un delito que viola los Derechos Humanos», que -en casos de muerte- eviten ofrecer imágenes del cadáver de la víctima, de la sangre o del arma homicida y que no introduzcan testimonios del entorno de la pareja que presenten al agresor como «una persona normal» que ha perdido los nervios.
Las propuestas forman parte de un decálogo de «criterios que deben regir las informaciones sobre violencia de género» que la ministra Ana Mato presentó ayer a la patronal de las cadenas privadas, Uteca, en una reunión donde, entre otras cosas, se discutió que los informativos se adelanten a las 20.00 horas para facilitar la conciliación familiar y laboral.
Un pedazo de la reunión se lo llevó la violencia machista, cuyo tratamiento informativo sigue siendo un asunto de discusión entre los expertos. Todos los especialistas en medios de comunicación y violencia de género coinciden en que este fenómeno no se presente como un crimen pasional o se trate como un suceso, pero la realidad de cierto periodismo les desatiende cada poco.
El decálogo de Mato bebe de varios manuales periodísticos y, coincide, en parte, con un documento que el Gobierno socialista pactó con las cadenas en 2011. Los puntos en común tienen que ver con las imágenes y la evitación de las motivaciones del agresor y de palabras de no expertos que pueden presentar al asesino como alguien «normal».
Sin embargo, el texto de Ana Mato no recomienda a las televisiones llevar los casos de muerte a breves de 30 segundos y fuera de los titulares del día, como sugería el de hace tres años. Aquel se basaba en el efecto imitación, un contagio que puede darse en determinados grupos predispuestos a conductas homicidas, no en todo los agresores.
Pero en el Ministerio actual esa teoría no cuaja y su decálogo camina por otros lugares. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género pide a las televisiones que «huyan del sensacionalismo y el morbo», tanto en las imágenes como en los contenidos. El decálogo, al que ha tenido acceso EL MUNDO y que fue «bien recibido» por la Uteca, según fuentes de ambas partes, propone a las cadenas «evitar las imágenes del cadáver, del arma y de sangre, y dar detalles del homicidio».
Insiste en la idea de no tratar los casos mortales como sucesos y se detiene en la contextualización de la información. No llega a hablar de «terrorismo de género» (casi 700 asesinadas en los últimos 10 años), pero propone «remarcar en cada información que la violencia de género es un delito que viola los Derechos Humanos y atenta contra la propia esencia de la sociedad», una de las tesis de los especialistas y que está en el tuétano de organismos como Naciones Unidas. Además, el texto del Gobierno pide «no tratar la noticia como si fuera un problema de la pareja (se llevaban mal, discutían mucho...)».
La propuesta habla de «no utilizar testimonios del entorno de la víctima que no aporten datos concretos» y sí de expertos y víctimas.
Uno de los puntos más extensos incide en «identificar la figura del agresor en cuanto a su comportamiento, para mostrar que se basa en la desigualdad y que no tiene justificación». Así, Igualdad cree que «convendría evitar» argumentos que justifiquen o que muestren incredulidad del entorno ante el crimen, «sobre todo los que presentan al agresor como una persona incapaz de hacer lo que ha hecho, buena persona, un buen padre, era muy educado... o introducir en la noticia calificativos como 'celoso', 'bebedor', 'persona normal' o en relación a la víctima 'salía con amigas', 'tenía un amante'». El decálogo pide «huir de los estereotipos» sin incidir en la nacionalidad, situación económica o cualificación profesional de las víctimas.
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