"Tenían que
correr 2.400 metros en 17 minutos" (sic)
correr 2400 metros en 17 minutos no es correr, se puede hacer incluso andando.. andando de manera rápida.. sin pararse a mirar escaparates, ni sin parar a tomarse un café, ni sin hablar de la vida con la compañera.. y es lógico que les hagan una prueba física (ridícula) si se tienen que pasar la jornada laboral (pongamos 6 horas) andando..
para eso no hay que entrenar: no es ninguna maratón.. o se está en forma (la mayoría de la población en edad de trabajar lo hace con los ojos cerrados) o no se está en forma.. si se pasan el día comiendo bollos y viendo la TV..
a lo mejor esperaban que les pagaran un pastizal por barrer su propio portal, claro.. no sea que cojan una hernia..
que cojan sólo a mujeres no es discriminatorio, claro.. pero que les hagan una tontería de prueba (que son incapaces de pasar) sí lo es.. curioso.. muy curioso..
disfruten lo votado..
´Queremos una segunda oportunidad´
Emaya avisó a las candidatas a barrendera con menos de 48 horas de
antelación de que debían superar unas pruebas físicas. Son paradas de
larga duración y piden a Cort que les permita repetirlas para lograr el
empleo
Seis de las aspirantes se reunieron ayer en Son Moix, donde intentaron
superar unas pruebas físicas que no tuvieron tiempo de entrenar.
Cuando las llamaron de la oficina del paro,
saltaron de alegría. Les pidieron el graduado escolar y poco más. Les
dijeron que tenían el perfil idóneo para la plaza, porque la empresa
quería dar preferencia a colectivos en riesgo de exclusión social. Todas
ellas son mujeres de entre 39 y 53 años con hijos pequeños. Acumulan
varios años sin trabajo y esta oportunidad era una gran ilusión.
La oferta era para un empleo temporal como barrendera en Emaya, la
empresa pública municipal que limpia las calles de Palma. El contrato
iba a durar solo dos meses, prorrogables hasta el medio año. Aunque
fuera poco tiempo, suponía un balón de oxígeno para su economía
familiar.
Cuatro días después de que las ilusionaran en el SOIB, llegó el jarro de
agua fría. El pasado lunes al mediodía las llamaron y les advirtieron
de que debían superar unas pruebas físicas si querían barrer las calles
de Palma. Tenían un día y medio para entrenar: la cita era para el
miércoles a las 7.45 horas en el velódromo del polideportivo Son Moix.
Y con tan poco margen para prepararse, el resultado fue un fiasco. La
falta de costumbre en la práctica deportiva les pasó factura. Tenían que
correr 2.400 metros en 17 minutos. Una no llegó a completar la primera
vuelta. A otra le quedaron 200 metros para finalizar. La mayoría de
ellas quedó descalificada. Solo una de las mujeres consiguió el trabajo.
Desde entonces, se han agrupado para denunciar la "injusticia" de
realizar una convocatoria de empleo público sin darles el debido plazo
para prepararse. Varias de las aspirantes se reunieron ayer por la
mañana en Son Moix para explicar su caso a este diario y solicitar a
Emaya que les permita repetir las pruebas.
La empresa municipal anunció que solicitará al SOIB nuevos candidatos
para cubrir las siete plazas que les quedaron vacantes. Pero ellas
quieren demostrar que son tan capaces como cualquier otro peón para
manejar una escoba y empujar un carrito. Por ello, se plantean acudir al
pleno municipal del próximo mes de septiembre para reivindicar su
situación.
"Queremos una segunda oportunidad", aseguró ayer Elo Bermúdez, una de
las aspirantes. Ella tiene 53 años y lleva desde 2011 en paro. "Después
de esas pruebas, me siento impotente, humillada y con la moral por los
suelos. Somos amas de casa y nuestros hijos necesitan comer cada día",
agregó la excandidata.
Ester Cantero es la aspirante que duró menos en la carrera continua.
Padece sobrepeso. Sabía que no podría completar el recorrido, pero
decidió intentarlo igualmente. Fuentes sindicales recuerdan que en Emaya
hay barrenderas que, aun pesando 150 kilos, son más que capaces de
completar una jornada laboral. "No nos presentamos a un concurso de
belleza. [Rompe a llorar] Limpio casas y sé barrer. Aquello fue una
humillación", explicó la mujer, que tiene 43 años y lleva dos de ellos
desempleada.
Marian Galmés (39 años, uno en paro, con dos hijos y un marido enfermo)
aseguró que se fue a quejar al jefe de personal de Emaya, que estaba
controlando las pruebas in situ. La respuesta fue, cuanto menos,
descortés: "Se rió en mi cara. Se rió de todas nosotras".
Mari Carmen León fue otra de las candidatas en liza. Recordó que es
habitual superar unas pruebas físicas para ser policía o bombero, "¿pero
para barrer calles es necesario?". Desde los sindicatos explicaron que
se trata de un hecho inaudito en Emaya, ya que era la primera vez que se
realizaba una prueba de esta índole para acceder a la compañía de aguas
y limpieza. "Si quieren que se corra tanto, ¿por qué no se van a un
gimnasio a por niños de 25 años en vez de contratar a mujeres de 40?",
razonó.
Hana Lozdinkova sufrió un golpe de calor fruto del sobreesfuerzo.
Comentó que en Son Moix no había ningún médico ni ambulancia preparados;
solo una ATS. "Después de correr me pasé 45 minutos sentada porque no
podía ni moverme", señaló.
La misma impotencia sintió Juana Seguí, que con 48 años ya ha perdido
todas las prestaciones del paro: "En vez de tanto correr, que nos den
una escoba y podremos demostrar lo que valemos".
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