normal: en Francia el que firma un cheque sin fondos va a la cárcel.. en hispanistán no pasa nada.. pero se consideran "europeos", claro..
disfruten lo votado..
«Ya te mandaré un cheque...»: las tácticas del moroso profesional para no pagar
España es la primera potencia mundial en pufistas»,
sostiene Pere Brachfield, experto con más de treinta años de experiencia
en el cobro a deudores
«España es la primera potencia mundial en morosos, tramposos y
pufistas», sostiene Pere Brachfield, experto morosólogo con más de
treinta años de experiencia como cobrador de deudores y autor de
«Analisis del Moroso profesional», ensayo y antología sobre el
«caradurismo» de hormigón armado marca España, en donde enumera la
variedad de tácticas evasivas y excusas que utilizan los «morrosos»,
como dice que habría que denominarles, para escaquearse del pago de la
deuda bajo el principio fundamental de «tarde, mal y nunca». Porque
conviene matizar, tal como contó él mismo a ABC, la mayor parte de los
morosos no son recalcitrantes sino fortuitos: la crisis no deja
demasiado margen de maniobra.
En la obra, Brachfield ha llegado a tres conclusiones: que cuando no se
está en un periodo de crisis económica, el 90% de los morosos son los
culpables del impago, o sea que son «intencionales»; que el deudor
pertinaz, a pesar de que afirme que pagara lo antes posible
continuamente, sólo lo hará «cuando se le ponga entre la espada y la
pared»; y la tercera que, salvo cuando exista una crisis insiste, los
morosos se aprovechan de los acreedores para ganar dinero o para
sobrevivir.
Las frases favoritas del deudor empedernido son «no debo nada», «no
quiero pagar» y «no puedo pagar», que con el «hable usted con mi
abogado», constituyen el recurso más habitual para eludir el pago.
Incluso el autor apunta a otra variante del profesional del pufo,
experto regateador en corto, denominada «el método japonés», y que
consiste en «decir siempre sí a su interlocutor pensando en que no.
Afirma que va a liquidar toda la deuda pero en realidad lo que pretende
es ganar tiempo». Y también explica lo que los expertos llaman el
«síndrome del Yate» (ya te pagaré, ya te llamaré la semana que viene, ya
te mandaré un cheque, etc.), treta con la que buscan deliberadamente la
ambigüedad, la falta de concreción.
«El moroso no acepta responsabilidades ni culpas por el impago: él es un
caballero», cuenta Brachfield, que estima que el 90% de los deudores
obcecados son varones. «Por lo general echa la culpa a terceros: socios,
empleados, directivos, gobierno, coyuntura, bancos, etc.», añade. Y es
que, relata el experto, se aprovechan de la ilusión del acreedor incauto
para solicitarle paciencia.
«Estamos pasando un bache de liquidez»
Con el uso de «técnicas de programación neurolingüistica» para influir y
manipular, cuenta Brachfield, el estafador trata de librarse sus
obligaciones: «Yo no me niego a pagar, pero ahora me es imposible
hacerlo», «en cuanto pueda, confíen en mí, les pagaré todo lo que les
debo», «estamos pasando un pequeños bache de liquidez»,... buscando de
esta manera la indeterminación, lo que el ensayista denomina el lenguaje
del humo. Ninguna de esas frases tiene fecha exacta de cuando se va a
realizar el pago, bajo la táctica de «las tres I»: indefinición,
imprecisión, indeterminación.
El autor concluye que los pufistas profesionales suelen utilizar al
final una estrategia similar para lograr su objetivo escapista, en este
caso la de «las siete D»: demora, dilación, desorientación, desviación,
desánimo, disuasión, desistimiento. Y además opina que, al no existir
una escuela como tal que enseñe a esquivar a acreedores, los deudores
contumaces han aprendido sus diferentes artimañas por ciencia infusa. Ni
tan siquiera en la «escuela de la calle». Lo tenían ahí dentro, como si
el «pufista» naciera, no se hiciera, aunque todavía no tengan deudas de
las que zafarse...
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