en enchufado que siempre ha sido fiel a su amo.. otro más.. y ahora a ésto se le llama "tecnócrata".. claro, claro..
Pedro Sánchez trabajó en Bosnia en la década de los 90 al servicio del FMI y el BM
Pedro Sánchez fue nombrado Secretario General del PSOE el pasado mes de
Julio, con la intención de relanzar al Partido Socialista tras los malos
resultados en las elecciones europeas. Con la intención de ilusionar a
votantes desencantados, se intentó atraerlos bajo la premisa de poner
como líder a un joven militante desconocido.
Pero si hacemos un repaso de su biografía vemos que su ascenso
fulgurante no ha sido provocado por casualidad, sino mas bien porque su
partido ha recompensado a un tecnócrata que ha tenido responsabilidades
políticas en Bosnia, donde se aplicó la medicina económica neoliberal
aplicada por la OTAN que ayudó a destruir a Yugoslavia, provocando una
fractura económica y política en el país[1].
Si
observamos su biografía, comprobamos que con 26 años trabajó en el
Parlamento Europeo con la socialista Bárbara Duhrkrop y más tarde
trabajó como jefe de gabinete del Alto Representante de las Naciones
Unidas en Bosnia, Carlos Westendorp, el cual trabajo a las órdenes de
Franco, siendo cónsul en adjunto en Sao Paulo en 1966,
posteriormente ocupó cargos en el Ministerio de Industria y Asuntos
Exteriores hasta 1975. Tras la muerte del dictador ocupó diversos cargos
para el gobierno socialista, siendo nombrado en 1995, Ministro de
Asuntos Exteriores, posteriormente fue Alto Representante en Bosnia,
embajador en EEUU y en la actualidad trabaja como asesor de Felipe
González y en un Grupo de Reflexión del Parlamento Europeo.
Sin lugar a dudas el paso de Pedro Sánchez por Bosnia, le permitió
abrirse muchas puertas, ya que como indica en su biografía en la web del
PSOE, trabajó como consultor asesorando a empresas extranjeras[2],
aplicando sin lugar a dudas un nuevo socialismo muy diferente al de Marx
o Engels.
Para llegar a entender que podría realizar Pedro Sánchez si llegase al
gobierno de nuestro país, habría que analizar su labor durante su
estancia en el país balcánico, una vez finalizada la guerra en
Yugoslavia. Para ello será de especial valor las reflexiones realizadas
por Michel Chossudovsky; este famoso analistas internacional comenta en
su libro “La Globalización de la Pobreza”, un análisis contra la
globalización y el Nuevo Orden Mundial surgidas a partir del cambio de
los ochenta, realizadas por el FMI y el BM al tercer mundo y a Europa
del Este desde 1989, provocando que el nuevo orden financiero aumentase
la pobreza, la destrucción del medio ambiente, apartheid social, etc..
Uno de los capítulos lo dedica a Bosnia bajo el título “El
desmantelamiento de la antigua Yugoslavia.: La recolonización de
Bosnia–Herzegovina”. Mientras EEUU y la OTAN imponía la paz en Bosnia,
la prensa y los políticos occidentales afirmaban que se había logrado
parar las masacres étnicas y las violaciones a los derechos humanos,
bajo la firma de los Acuerdos de Dayton en 1995, logrando la
desintegración de Yugoslavia[3], con el despliegue un programa de
“reconstrucción” que despojaba al país de su soberanía, instalando una
administración colonial bajo el mando del Alto Representante Carl Bildt,
posteriormente sustituido por Carlos Westendorp y una constitución que
dejaba las riendas de la política económica a las instituciones de
Bretton Woods y al Banco Europeo para la Reconstrucción y el
Desarrollo[4].
El poder político real en el país quedó en manos de acreedores
internacionales que redactaron una constitución en su propio beneficio,
sin consultar a la ciudadanía bosnia e imponer el dictado del libre
mercado[5]. Afectando a su soberanía nacional, debido a que el gobierno
neocolonial impuesto por los Acuerdos de Dayton y apoyado por las armas
de la OTAN, se aseguraron de que el futuro del país se determinase en
Washington, Bonn y Bruselas y no en Sarajevo.
Las medidas de austeridad sentaron las bases para la recolonización de
los Balcanes, la deuda exterior fue dividida y asignada a las repúblicas
sucesoras, que quedaron estranguladas con los convenios independientes
de reestructuración de deuda y programas de ajuste estructural[6].
La llegada de Westendorp a Bosnia fue en 1997, dos años antes de los
bombardeos de Belgrado de 1999, durante dicha ofensiva occidental, el
Banco Mundial y la Comisión Europea se encargaron de coordinar la
asistencia económica y financiera de los donantes en los Balcanes,
enviando a Kósovo abogados y consultores que permitiesen crear un
ambiente propicio para el capital extranjero[7].
Desde entonces, Pedro Sánchez ha sido aupado en el PSOE hasta llegar al
más alto cargo. En el año 2000, fue delegado del congreso en el que
Rodríguez Zapatero fue aupado como Secretario General. Posteriormente se
presentó en el puesto en las listas electorales de su partido en las
elecciones municipales de 2003 en Madrid, años durante los cuales, como
es sabido, fue miembro de la Asamblea General de Caja Madrid. Siguió
ascendiendo y respectivamente fue elegido diputado en las elecciones
generales de 2008 y 2011, aunque por su puesto en las respectivas listas
electorales, no llegó a ser elegido para el parlamento; sucesivas
renuncias de Pedro Solbes y Cristina Narbona, le permitieron ocupar sus
vacantes.
Podemos establecer un claro paralelismo entre Bosnia y España. En el
primer caso hubo una guerra declarada por parte de las potencias
occidentales para dividir a los países balcánicos y poder aplicar duros
ajustes a la población. Mientras en España, sufrimos una guerra
llamada “lucha de clases” donde la clase trabajadora sufre los recortes
en servicios sociales, sanidad y educación frente a una élite política y
económica sumida por la corrupción.
No parece, por lo tanto, que el actual Secretario General del PSOE, sea
capaz de revertir esa tendencia, sino mas bien de repetir los dictados
económicos que se llevaron a cabo durante su estancia en Bosnia,
continuarlos y profundizarlos en nuestro país.
Cuando alcanzó la secretaria general, Pedro Sánchez se reunió en
Bolonia, el pasado mes de Julio, con Matteo Remzi y Manuel Valls en un
acto bajo el título “La izquierda para relanzar Europa”. Entre las
declaraciones de los líderes Valls afirmó que “Necesitamos una
revolución en la manera de hacer política”, mientras Remzi habló de que
“el centroizquierda es la esperanza de la nueva Europa”. Pedro Sánchez
explico la necesidad por parte de la izquierda de reinvertarse.
Pero las política surgidas en los países vecinos bajo gobiernos
socialdemócratas, demuestran el vacío de sus palabras. En Italia un
millón de manifestantes salieron a las calles el 25 de octubre en Roma,
contra las reformas en la legislatura laboral que está promoviendo el
gobierno “centro-izquierdista” de Matteo Renzi, siendo la movilización
obrera más masiva desde las protestas contra el gobierno de Berlusconi
en 2002. En el país galo las protestas son constantes durante la
presidencia de Hollande, donde el gobierno lanzó una violenta represión
contra las manifestaciones que se han extendido por todo el territorio
tras el asesinato policial de Rémi Fraisse, un activista ecológico de 21
años de edad, en una protesta contra la construcción de una presa en el
Sur de Francia.
Perry Anderson analizó que el primer paso para la expansión del
capitalismo, en los países del Sur de Europa, se basaba en eliminar,
como opción política al marxismo, en la década de los 40 en Francia e
Italia y en la década de los 70 en España y en Portugal. En la
actualidad, el único interés de los partidos socialistas en la orilla
norte del Mediterráneo es la de perpetuar el orden social establecido
desde hace décadas en la región.
Los trabajadores debemos avanzar hacia la organización socialista de la
sociedad y la economía. La amenaza imperialista debe de ser respondida
mediante la construcción de un movimiento contra la guerra, sobre la
base de la clase obrera y dirigida contra el sistema capitalista de
ganancias, que son el origen de la guerra y el militarismo.
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