Lo que ocurrió en la noche del miércoles y el jueves en el antiguo cuartel Damiano Iglesia, con capacidad para más de 450 solicitantes de asilo, donde hubo testigos de lo que pasó, hace estremecer.
El dramático testimonio de los empleados hablan de personas heridas en el autobús a las que habían dado una paliza, gente enferma y desnutrida. Una niña de 6 meses fue hospitalizado de inmediato en el Santa Chiara en estado grave, junto con la madre completamente deshidratado. Dos hombres fueron tratados por heridas profundas a la mano.
Algunas mujeres simplemente se bajaron del autobús en el que de inmediato solicitaron con arrogancia tener que ir a los pisos superiores de los inmigrantes para poder prostituirse allí. De hecho admitieron frente a algunos voluntarios que llegaron a Italia para hacer precisamente eso, es decir, para vender propio cuerpo. El personal estaba incrédulo y pensado que todo era un sueño
Acabo de bajar del autobús inmigrantes han preguntado por la comida, pero cuando los voluntarios de la Cruz Roja sirvieron los guisantes, las chuletas y otros alimentos junto con fruta lo han tirado todo en contenedores de residuos. "esto es basura, lo tiraron al suelo todo" - Informa un voluntario conmocionado por las escenas vistas.
Algunos testigos informan que entre algunos inmigrantes de la fe católica y musulmana habría momentos de gran tensión debido a Ramadán. "No queremos vivir juntos, alguien puede sufrir daños!, y por lo tanto a menudo parece que están locos
Dentro del edificio no habría voluntarios aterrorizados, y en opinión de muchos, las mujeres presentes correría grandes riesgos. Dentro de las instalaciones todos los días se registran disputas y peleas continúas entre los residentes. La situación parece insostenible tanto en cuanto a la seguridad tanto del punto de vista higiénico.
mujeres que llegan para prostituirse, violencia gratuita, clanes y mafias, tiran comida a la basura.. la vida del "refugiado sirio".. en Italia..
Scene apocalittiche alle Damiano Chiesa, arrivano 140 profughi e nessuno sa nulla. - La Voce del Trentino
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