A Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle se les ocurrió en una noche de 2008 (no se sabe si con la ayuda de unos porros y cubatas) que la mejor manera de enfocar su activismo medioambiental era casarse con la naturaleza, y consumar el matrimonio.
Somos acuófilos, terrófilos, pirófilos y aerófilos. Abrazamos los árboles sin pudor, masajeamos las tierra con los pies y hablamos eróticamente a las plantas. Nadamos desnudos, somos adoradores del sol y observadores de las estrellas. Acariciamos las rocas, disfrutamos de las cascadas y a menudo admiramos las curvas de la Tierra. Hacemos el amor a la Tierra con nuestros sentidos. Celebramos nuestro punto E. Somos muy guarros.
lesboecologismo o como lo quieran llamar.. lo importante es que no salgan más blanquitos "opresores".. a ver si ésto también estará financiado por la Open Society..
así están las cabezas..
Ecosexualidad: se nos ha ido la pinza del todo | La mentira esta ahi fuera
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