El equipo tomó muestras de ocho playas en un radio de 100 kilómetros de la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi entre 2013 y 2016. Los niveles de cesio en el agua subterránea eran hasta diez veces más altos que los encontrados en el agua marina del puerto de la propia planta nuclear.
El cesio tiene una vida media larga, y puede persistir en el medio ambiente más de 30 años. En el análisis de las playas, los científicos detectaron no sólo el Cs-137, que pudo haber venido de la propia planta de Dai-ichi o incluso de armas nucleares probadas en los años sesenta, sino también Cesio-134, otro isótopo que, en su caso, sólo puede proceder del accidente de Fukushima en 2011.
muy buena la energía nuclear, y muy segura, y muy barata..
Fukushima sigue viva: detectan nuevas fuentes de radiación subterránea lejos de allí

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