Hace 102 años mataron a Rusia.
El 17 de julio de 1918 el Zar Nicolás II fue atrozmente asesinado por los comunistas con toda su familia, incluido su hijo enfermo de 14 años. Lo mataron porque era el último monarca verdaderamente cristiano del mundo. Tanto así, que la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio lo canonizó en 1981.
Y después del magnicidio, los comunistas trataron de representar su reinado como si hubiera sido poco menos que del Medioevo.
La verdad, en cambio, es que la Rusia de Nicolás II era un país moderno y abierto. Por ejemplo, tenía un parlamento, la Duma, donde estaban representados 16 partidos politicos, incluso el bolchevique. El diario comunista “Pravda” se editaba legalmente desde 1912. La primera edicion de “El Capital” de Marx en lengua extranjera tuvo lugar justamente en la Rusia zarista. Era una nación de libertades y con imperio del estado de derecho.
El Zar Nicolás II fue además un adelantado a su tiempo, un precursor de las Naciones Unidas, ya que el convocó la primera conferencia de paz y desarme en La Haya en 1898. En la Rusia zarista descollaban los científicos de renombre mundial como el creador de la Tabla de Elementos Mendeleiev, los Premios Nobel Pavlov y Mechnikov, o Sikorsky, el inventor del helicóptero. Y ni hablar del florecimiento de la cultura, baste citar los nombres de Tolstoi o Chejov, Stanislavsky ( el padre del teatro moderno) o Kandinsky (el padre del arte abstracto).
Se vivía asimismo un boom de la economía rusa, tal como lo reconocen hasta enemigos declarados del zarismo como el historiador estadounidense Richard Pipes. La red de ferrocarriles bajo el Zar Nicolás II superaba en extension a todas las del mundo, excepción hecha de los EEUU. Y la legislación laboral era una de las más progresistas, con derecho de huelga y asistencia médica y social incluidas.
Las balas que mataron al Zar en 1918 asesinaron a Rusia, que hasta el día de hoy no logra resucitar.
(A continuación, la charla que di sobre el tema en noviembre del 2017, organizada por Forum. Para más datos, ver mi libro “El Zar y la Revolución”, Ediciones Argentinidad).
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