Al día siguiente del rescate: default interno. El plan alemán - Lleno de Energía - Cotizalia.com
"The Spain bailout is the one they do not want to ask for and the one nobody really wants to give"
Hay euforia por el rescate. No el rescate a España, sino el rescate al Estado español, al gasto público, que es muy diferente.
He pasado unos días en Madrid y he comprobado de nuevo que nuestros
políticos tienen una percepción extremadamente optimista y errónea del
mercado de bonos. Lo primero, y muy extendido, es pensar que el acceso
al crédito o al BCE es ilimitado, olvidando que detrás de todo siempre
hay dinero privado. Siempre hay unos inversores que suscriben esa deuda y
que cada día confían menos en la capacidad de repago de los países de
Europa. Por eso les está costando tanto capitalizar con fondos privados
el fondo de estabilización, ESM, y los otros. Lo segundo es pensar que
el rescate atrae inversores al calor del BCE. Pero salvo algún hedge
fund a muy corto plazo, poca cosa. ¿Daría usted dinero a un chico
conflictivo que depende de la paga de su padre para vivir y a quien
amenazan con quitársela si se porta mal de nuevo?
El mayor riesgo que el inversor en bonos percibe es que España depende
de un apoyo del BCE firmado por unos países cuyos ciudadanos no quieren
más rescates y que el mercado sigue sorprendido negativamente por los
ratios crediticios de nuestro país, que ya está al borde de revisar, de
nuevo, su déficit de 2012 hasta un 7-7,2%. Y por mucho que digamos que
las exportaciones nos van a salvar, no compensa el efecto de cuatro años
consecutivos con déficits de 7% al 10%, unos 350.000 millones de
déficit acumulado desde 2008. Si le añadimos los vencimientos de deuda,
que alcanzan los 500.000 millones en los próximos cuatro años, la
sobre-oferta de bonos españoles comparada con la capacidad del inversor
de renta fija para absorberla es, simplemente, inasumible.
Con la prima de riesgo por debajo de 390 puntos básicos y la
rentabilidad del bono a 10 a años a 5,75%, asistimos a la euforia… del
Estado. La burbuja de gasto público está garantizada, Draghi la
supervisa. Mientras tanto, las empresas siguen viendo como se financian -
las que pueden- a tipos hasta 350 puntos básicos mayores que las
empresas zombis del clientelismo. Y en este proceso de momificación de
la economía real, en la que el crédito lo acapara un Estado
hipertrofiado y unas empresas de sectores moribundos que “no pueden
quebrar”, no es de extrañar que los préstamos morosos de la banca ya
supongan un 10,5% y han subido a 178.600 millones de euros.
La pregunta no es si habrá rescate o no. Desafortunadamente es solo
cuestión de tiempo. La pregunta es qué ocurrirá al día siguiente.
- Lo que diga Moody´s o Standard & Poors da igual. Rescate es la
constatación de la imposibilidad de financiarse en el mercado libre. Por
lo tanto, en el momento en el que se compre el primer bono, rescate es
similar a “default”. Eso lo saben nuestros políticos y las empresas.
Usar presiones políticas de alto nivel para evitar la calificación de
bono basura antes de las elecciones es solo dar la patada hacia
adelante. El informe de Moody´s es muy claro. Sin rescate España no
sería “investment grade”, o sea, que como país independiente no cumple
los ratios de solvencia y liquidez exigibles.
- Dependencia absoluta del BCE: Al día siguiente del rescate España es
un Estado intervenido. Bueno, más intervenido aún. Los fans de la
“solución islandesa” van a ser recompensados con su sueño, ser un país
intervenido (por la Troika en este caso). El rescate español es el que
nadie quiere conceder y nadie quiere pedir. Nadie quiere concederlo
porque “una vez que haces pop no hay stop”. Dependeremos del BCE para
garantizar nuestra viabilidad económica, pero también dependeremos del
escrutinio de esa entidad que nos examinará mensualmente para ver cómo
vamos. Si piensan que aquí ha habido recortes, se equivocan. Vienen el
día después.
- Las empresas tiene la mayor dificultad. El efecto “crowding out” del
rescate al Estado implica que, de nuevo, el acceso a crédito de las
empresas quedará restringido a las migajas que dejen unos países
europeos que han aumentado su deuda en 3 billones de euros (trillones
americanos) desde 2002 y pretenden seguir así. Con unas necesidades de
refinanciación de las empresas privadas europeas, las que crean empleo,
de un billón hasta 2015, va a ser una carrera entre Estados
depredadores, bancos en proceso de desapalancamiento y las empresas, en
medio, sufriendo más impuestos, más intervencionismo y menos crédito.
Cuando la solvencia de un país, como muestra el gráfico inferior,
depende totalmente de la salvación del BCE, el riesgo, de nuevo, se
extiende, no se mitiga. Y es alucinante que, a pesar de las promesas de
apoyo ilimitado, la solvencia de España se valore muy poco.
Los riesgos del día siguiente al rescate son:
La teoría del tonto mayor (greater fool theory) y el plan alemán
Permítanme contarles lo que en el mercado se llama “greater fool
theory”. Es la famosa forma de intentar influenciar en la cotización de
un activo diciendo que “alguien” –preferiblemente muy lejano y que no
desmienta, como “los chinos” o “los rusos”- va a venir, para intentar
“convencer” a los inversores de que compren. Efectivamente, funciona a
veces. Entre 2005 y 2009, medio Ibex era un “greater fool theory”
mediático de “me dicen de buena tinta que van a comprarla”. Pero
funciona durante un tiempo y luego los inversores aprenden a no creerse
los rumores. Lo que ocurre ahora con el BCE, que no ha comprado un solo
bono, es similar. Y el problema es que esperan que funcione.
El plan alemán, me cuentan, es que, como ya no se fían de sus socios,
quieren que más o menos a mediados de 2013 la deuda viva en manos de
inversores locales de los países problemáticos sea de al menos el 85%
-preferiblemente el 100%. Cuando la deuda de España –y los otros
países- esté en manos domesticas, el problema de endeudamiento y el
riesgo de impago y contagio ya no es europeo o global, sino local y, por
lo tanto, los países tendrán que cuidarse mucho de incumplir sus
compromisos, porque los efectos del impago los sufriría su población
–default interno-, que tiene a la seguridad social, las pensiones y los
planes privados hasta el 80-90% invertidos en deuda pública local.
Cuando dicen que España pedirá el rescate pero no lo utilizará, asumen
que solo con la amenaza de Draghi de "que viene, que viene” se forzará a
los inversores internacionales a comprar bonos españoles. No lo veo. Si
el BCE fuerza a que la prima de riesgo máxima sea de 200 puntos
básicos, como dicen, tendrán la divertidísima situación de prestar a
España a perdidas, mientras Italia tiene que contribuir con un 1,5% de
su PIB al rescate español con su propia prima a niveles similares o
superiores. Donación. O hacemos el mismo esquema piramidal para Italia.
Así hasta el infinito. Por eso, como dice un amigo, “no es que baje la
prima de riesgo española, es que sube la europea”.
Rescate virtual: cuento chino
No existe el rescate suave, rescate virtual, condicionalidad limitada,
liquidez transitoria o cualquier calificativo que se quieran inventar.
Como si lo llaman colecta dominical. Es una hipoteca y las hipotecas
cuestan. Y cuando se depende del BCE, una vez que compra el primer bono,
estás hipotecado de por vida. A menos que cercenen un gasto público que
ni Hollande, ni nuestros políticos quieren cortar. Cortarán en las
grandes partidas: pensiones y desempleo. No, las exportaciones no nos
van a salvar cuando la deuda pública y avalada es más de un 110% del
PIB.
Deuda privada…Muy pública
Para los inversores, los cuentos de “deuda a efectos de déficit” y
trucos para contabilizar menos no importan. Aquí lo que cuenta es toda
la deuda y todo lo que está garantizado por el Estado. Repiten una y
otra vez, pero es mentira, que “la deuda privada es el problema”. No es
así. La deuda pública es nuestro problema. Por eso hay que pedir un
rescate. Porque no hay demanda. Y porque una parte nada desdeñable de la
deuda mal llamada “privada” son facturas impagadas, garantías y avales
del Estado, deuda de empresas públicas… no contabilizada como “déficit
excesivo”. Deuda que se paga y que se debe desde el punto de vista de
una agencia de calificación y de un inversor de bonos. Si se tienen en
cuenta todos los pasivos financieros emitidos por el sector público, la
deuda alcanzaría ya los 969.045 millones de euros. Casi un billón de
euros. Y si le añaden avales y garantías… vean el gráfico inferior.
Deuda ilegítima. Ecuador sin petróleo
Los adalides de “auditar la deuda” –impago-, calificar la deuda de
ilegítima –impago- y de reestructurar –impago- tienen un morro que se lo
pisan al calificar de “deuda ilegítima” unos compromisos que se han
generado en plena democracia y, sobre todo, entre 2008 y 2011 con el
beneplácito de cada uno de los partidos y sindicatos. Pero, sobre todo,
viven en la tierra de los unicornios si creen que ese impago no va a
impactar sobre el acceso a crédito futuro, sobre la prima de riesgo y
sobre los “derechos sociales de los ciudadanos”.
Hagan impago y vean quebrar al unísono a la Seguridad Social y la Caja
de las Pensiones, invertidas hasta el gorro en deuda soberana. Y vean
con alegría como la crisis se extiende una media de tres años y con una
caída del 7% del PIB (Cost of sovereign default, De Paoli, Hoggarth and
Saporta). Pero, sobre todo, me alucina que me envíen vídeos sobre deuda
ilegítima cuando, casi todos los países que han sobrevivido a esas
reestructuraciones salvajes, son países ricos en petróleo. Ese petróleo
que en España nos sale por las orejas. Queremos ser Ecuador, pero sin
petróleo. Y, por supuesto, sin su prima de riesgo. Y por supuesto, sin
las restricciones de crédito de Ecuador. Con crédito abundante. Que
morro tenemos. Somos de lo que no hay.
La creación de nuestra “agencia europea LOGSE”, para que todo el mundo apruebe
Esta semana nos libramos por poco de que Moody´s nos bajase la
calificación a bono basura. Pero no se preocupen. Ya van a crear varias
agencias de calificación europeas, nuestra LOGSE crediticia. Todo el
mundo aprueba y se pasa de curso por edad y aburrimiento, no por merito.
De momento, Axesor es la primera entidad continental homologada como
agencia de calificación que promete ser independiente y equivalente a
las agencias como Egan Jones. Espero con ansiedad sus calificaciones y
que no sean de LOGSE crediticia.
Sin deuda no se crece
Mientras las manifestaciones piden más deuda y más gasto, y piden
políticas de “deuda para crecer”, me atrevo a dejarles la prueba de que
la deuda no es crecimiento. El gráfico inferior, del estudio “A decade
of debt (Carmen Reinhart & Kenneth Rogoff, cortesía Peterson
Institute) muestra que los países de economías avanzadas y emergentes
que más han crecido en PIB per capita han sido los que menos deuda sobre
PIB tenían (menos de un 30%). Lo ve Hollande y le da un pasmo.
Me temo que al día siguiente del rescate, los problemas serán los
mismos, los recortes seguirán siendo necesarios y el endeudamiento
seguirá siendo excesivo. Pero para entonces, o unos meses después, ya no
seremos un problema de contagio global o europeo. Nuestro despilfarro,
nuestro derroche, nuestra deuda y sus consecuencias serán nuestro
problema. Y los inversores seguirán prefiriendo comprar bonos
corporativos de esa “malvada” deuda privada antes que comprar deuda
pública de un Estado al borde de la insolvencia. Un éxito.
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