Vozpópuli - La insólita refinanciación de la inmobiliaria familiar de la ministra Báñez
Como tantas otras compañías de los sectores constructor e inmobiliario,
Juan de Robles S.A. ha tenido que sentarse con la banca para intentar
reestructurar su endeudamiento y tratar de aplazar los pagos de
principal e intereses. Es decir, una refinanciación al uso, de los de
toda la vida, con la particularidad de que el ladrillo está atravesando
un via crucis que no parece tener final.
Sin embargo, Juan de Robles no es una empresa cualquiera. Eso sí, es de
carácter familiar, como muchas de las relacionadas con la construcción,
el suelo y el ámbito inmobiliario. Pero de la familia Báñez, la de la
ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, y ese hecho sí
marca las diferencias.
Al menos, desde el punto de vista financiero. La pasada semana, Juan de
Robles S.A. respiraba al fin después de unos meses muy complicados. La
banca había accedido a firmar la reestructuración de una deuda que
superaba los 20 millones de euros. Sin embargo, el alivio de los Báñez
contrastaba con la pesadumbre de los representantes de las entidades
financieras que habían hecho posible la operación.
Uno de ellos, al servicio de uno de los dos grandes bancos del país,
aseguró a sus más íntimos que el proceso le había dejado hasta mal
cuerpo. “Si la empresa no llega a ser de quien es, esa refinanciación no
se habría firmado en la vida y menos en estos tiempos. No hay por dónde
cogerla”.
Pero está firmada, que es lo que interesa en estos casos. Juan de Robles
S.A. ya estuvo bajo los focos de la actualidad el pasado verano cuando
la juez Mercedes Alaya, que instruía por entonces el caso de los falsos
ERE de Andalucía, ordenó investigar a una serie de compañías por una
operación de venta de suelos de Mercasevilla. Entre las empresas se
encontraba la de la familia Báñez, algunos de cuyos trabajadores
llegaron a ser interrogados por orden de la magistrada, que sospechaba
que la compañía había presentado una “oferta fantasma” por los terrenos
para beneficiar a terceros.
Pero ahora la juez Alaya está de baja. Mientras algunos han logrado
quitarse un dolor de cabeza, la magistrada ha tenido que dejar
temporalmente su puesto por continuas cefaleas. Así está el patio.
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