Las deudas con proveedores y el rescate obligarán al Consell a gastar 2.348 millones en intereses
El Consell que preside Alberto Fabra se ha aferrado al plan de pago a proveedores y al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) -eufemismo del rescate que tuvo que solicitar la Generalitat al Gobierno de Madrid-como el maná para salvar su crítica situación financiera e intentar, como prometió Fabra durante su discurso de Año Nuevo, ponerse al día en los impagos durante 2013. Esa inyección económica, sin embargo y a diferencia de lo que puede parecer, no es una aportación a fondo perdido. No es gratis. Son préstamos con el aval del Estado que le costarán a la Generalitat muchísimo dinero -como mínimo, cerca de 2.400 millones en intereses durante el periodo en vigencia- y que, encima, hipotecarán el margen de futuros gobiernos en tanto que al grueso de la amortización que tendrá que afrontar el Ejecutivo que salga de las urnas en los comicios autonómicos de 2015.
La puesta en marcha del plan de pago a proveedores supone convertir deuda comercial en financiera -préstamos- por importe de 4.355 millones, tal y como recogía ya el último boletín estadístico del Banco de España. Pero eso no es una "ayuda" desde Madrid. En realidad se trata de un préstamo a 10 años que, como mínimo, generará 1.662 millones en gastos financieros al margen, obviamente, de la amortización del capital solicitado. Un coste en intereses que además se podría multiplicar por cinco hasta los 8.502 millones en el caso de que se produzcan renovaciones de la deuda, algo bastante probable dada la crítica situación por la que atraviesan las arcas de la Generalitat.
Lo mismo ocurre con las cantidades económicas que ha ingresado el Consell a través del FLA, las siglas del fondo de rescate que el Estado puso en marcha para salvar las autonomías de la suspensión de pagos: el temido "default". La adesión al citado plan de liquidez ha permitido al gobierno de Fabra disponer de un total de 1.789 millones en 2012.
Una operación de Tesorería con el aval del Estado que, para un periodo también de diez años, supondrá el abono de intereses, como mínimo, por valor de 686 millones, volumen que en el caso de una probable novación de las deudas podría dispararse hasta los 3.511 millones. Entre ambas operaciones se podrían llegar a superar ligeramente los 12.000 millones en intereses, cerca de dos billones de las antiguas pesetas. Todo ello, sin tener en cuenta, además, que el presidente de la Generalitat ya ha anunciado que se acogerá al fondo de rescate de 2013, lo que supondrá acudir a una nueva operación de tesorería con intereses aún por determinar.
Ambos préstamos, como el que también se formalizará con la versión del fondo de rescate para el año que ahora se inicia, tendrá que abordarlos, casi en su totalidad, el Ejecutivo que surja de los comicios autonómicos del próximo año 2015.
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