De la Champions League a luchar por no descender. La trayectoria de España en el ranking económico mundial
Según pronósticos del FMI (a expensas de los efectos del último paquete de reformas a presentado por el Gobierno español el pasado viernes), la recesión hundirá al país siete posiciones en el ránking económico mundial... y el paquete de reformas presentado el viernes es, cuando menos, poco ambicioso.
Así, encarará la recuperación como la decimoquinta potencia del planeta, puesto en el que se encontrará en 2018, el último ejercicio para el que hace estimaciones el organismo multilateral. En 2007, año en el que comenzó a fraguarse la crisis, era la octava economía.
En los ejercicios intermedios, la caída es escalonada. Así, en 2009 era la novena economía; en 2010, la duodécima; de 2011 a 2015, la decimotercera; y de 2016 a 2018, será la decimoquinta. Unos datos que, en el otro lado de la balanza, también permiten concluir que tras los peores años de recesión, España frenará su pérdida de peso a partir de este año: entre 2007 a 2013 ha cedido cinco posiciones, pero de 2013 a 2017 sólo perderá dos.
Según esos datos, quedarán por delante en la clasificación Brasil (que se colocará quinta, por delante de Francia, Italia y Reino Unido), Rusia, India, Canadá, Australia, México y Corea.
La diversidad se debe a que esta medición corresponde al cálculo en dólares corrientes, la usada en la arena política y la que esgrimió el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero cuando incluyó a España en la Champions League, al ser el país “que más partidos gana, más goles marca y el menos goleado”. Entonces se soñaba con el G-8 y con superar a Francia e Italia.
Paridad de compra
Pero ese cálculo no es el más riguroso, pues valora el PIB en dólares corrientes, muy sensibles a la variación del tipo de cambio. Por ejemplo, una brusca oscilación de otra moneda respecto al billete verde puede alterar notablemente el resultado.
Ese problema y las distorsiones generadas por la inflación se pueden evitar gracias a la medición en paridad de poder de compra. En esa variable, la caída no es tan fuerte, ya que los resultados son menos volátiles. No obstante, la tendencia es la misma: España asiste a una pérdida de influencia progresiva.
Así, la decimosegunda posición que ocupaba en 2007 se transforma en la decimoquinta en 2015, puesto que mantendrá hasta 2018. En los periodos intermedios, será en 2009 cuando descienda al decimotercer lugar y en 2011 cuando lo haga hasta el decimocuarto. En esta medición, las potencias que adelantarán España son Corea, Canadá e Indonesia.
Datos económicos
Esta evolución refleja el propio futuro de la economía nacional. El PIB español, que superaba el 4 en 2006, se empezó a desacelerar en 2007, para acabar encadenando dos años de caída en 2009 y 2010. En 2011, parecía que se iniciaba la reactivación, pero tras un ligero repunte del PIB del 0,5%, llegaron otros dos ejercicios de caídas: 2012, con una contracción del 1,4%, y 2013 que, según el Fondo Monetario Internacional, cerrará con un descenso del 1,6%.
Ya a partir de 2014 se iniciaría la recuperación, con un avance del 0,7%. Pero ni siquiera en 2018 España podrá llegar alcanzar una tasa 2%, nivel asociado con el crecimiento potencial por gran parte de los expertos antes de la crisis.
El mayor caballo de batalla durante esta década de crisis será el mercado laboral, con un récord del paro este mismo ejercicio del 27%, registro que quedará en el 23%alrededor de 2018. Como dato para la comparación, en 2007, cuando España estaba en su mejor momento en los ránking económicos, el desempleo era del 8,3%, cerca de tres veces menos.
Estas cifras deberán combatir, además, con un entorno de ajustes y recortes, como ya ha anunciado Rajoy. En caso contrario, las previsiones del Fondo apuntan a que el déficit no bajará del 6% hasta 2017. Ésa es la gran cifra a la que el Gobierno quiere dar la vuelta.
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