otro caso que se estudiará, en los libros de historia, junto a los panfletos del nazismo..
Manual de la redacción - Público.es
Terminología
1. Para calificar este tipo de violencia, usaremos las siguientes expresiones, por este orden:
Violencia de género = (según la Ley 1/2004: la violencia que ejercen los
hombres sobre las mujeres para someterlas solo por el hecho de ser
mujeres).
Violencia machista.
Violencia sexista.
Violencia masculina contra las mujeres.
Nunca nos referiremos a este tipo de crímenes con las expresiones:
Violencia doméstica.
Violencia de pareja.
Violencia familiar.
(Cuando un hombre asesina a su compañero o una mujer a su compañera,
hablaremos de violencia doméstica o de asesinato a secas, según el caso.
Estos delitos no tienen nada que ver con lo descrito por la Ley 1/2004
como violencia de género).
2. No se trata de un suceso
La situación de este tipo de noticias deberá estar lo más alejada posible de otros casos de violencia.
No inflaremos las historias. Es preferible dar un breve a contarlas precipitadamente.
3. Evitaremos el “efecto narcotizante”.
Informar un día tras otro sobre violencia machista puede resultar narcotizante. Por ello:
Buscaremos “tratamientos informativos diferentes” sin confundir jamás el
morbo con el interés social (evitaremos fotos y detalles escabrosos.
Así, no es conveniente, por ejemplo, especificar el número de puñaladas,
etc.).
Jamás usaremos expresiones del tipo “Otro caso de…”
4. Evitaremos la rumorología. Consultaremos todas las fuentes, pero
excluiremos las declaraciones de la vecindad del tipo “era una pareja
normal” o “tenían discusiones normales”, ya que responden a rumores y no
a información fiable. Además, estos comentarios son
contraproducentes para luchar contra este tipo de violencia: “Los
antecedentes sobre disensiones o buenas relaciones en el seno de la
pareja, por ejemplo, inducen a explicar la violencia como la
consecuencia lógica de una situación de deterioro o, por el contrario,
como un “arrebato ocasional” (MdU).
No incluiremos los comentarios de la vecindad y estaremos alerta con las
declaraciones de la familia. (Otra cosa son los testimonios de
quienes hayan sido testigos directos y describan lo que han visto/oído,
sin especular).
Priorizaremos las fuentes POLICIALES Y DE LA INVESTIGACIÓN.
Incluiremos opiniones de PERSONAS EXPERTAS y sentencias judiciales.
5. No especularemos con supuestos “motivos”. Buscar motivos a la
actuación del agresor equivale a justificar su actuación criminal. No
apuntaremos si el agresor actuó bajo los efectos del alcohol, las
drogas, los celos o tras una discusión… porque está probado que, en los
casos de violencia de género, estos no son los motivos por los que un
hombre que mata, lo hace.
Podremos hablar del alcoholismo como un factor de riesgo que empeora la
situación en los casos de maltrato, pero nunca estableceremos una
relación causa-efecto entre alcohol y violencia.
Descartaremos las frases del tipo “rechazó una orden de alejamiento”,
porque responsabilizan a la víctima de los hechos (y descargan al
agresor).
Pilar López Díez advierte, además, de “la indulgencia con los crímenes
cometidos por hombres mayores que deciden terminar con la vida de las
mujeres enfermas a las que se ven obligados a cuidar”.
6. Especificaremos las condenas. Informaremos sobre los aspectos
judiciales y, siempre que haya sentencia condenatoria, recogeremos el
castigo en el titular. También destacaremos “las denuncias previas,
procesos judiciales pendientes, órdenes de alejamiento…” (MdU).
7. Identificación.
Víctimas. No identificaremos a las víctimas y preservaremos su intimidad.
Agresores. Siempre respetaremos la presunción de inocencia hasta que
haya sentencia firme. Pero identificaremos debidamente a los agresores
cuando hayan sido condenados. Es importante que describamos el perfil
del agresor y sus actitudes para que otras víctimas puedan reconocer
fácilmente el comportamiento y pautas del maltrato.
8. Testimonios de las víctimas de malos tratos.
Las declaraciones de las víctimas de malos tratos son de gran interés,
pero nunca pediremos testimonios a mujeres en situaciones extremas, sino
cuando hayan recuperado su autoestima y puedan transmitir un mensaje
esperanzador para otras víctimas.
Cuando la víctima de una agresión sin resultado de muerte quiera ofrecer
su testimonio, evitaremos dar datos que puedan perjudicarla a ella o a
su entorno.
También informaremos sobre mujeres que superaron el problema y sobre
aquellas otras que se enfrentaron desde el principio y no consintieron
agresiones ni relaciones de dominación por parte de sus parejas.
9. Teléfono 016.
Incluiremos siempre al final de la noticia (en la caja de la dirección)
el teléfono gratuito para denunciar malos tratos (016) y cualquier otra
información útil.
(1) Aunque la RAE no acepta oficialmente, por el momento, la expresión
violencia de género, sí lo hace en la edición de su Diccionario
Panhispánico de Dudas (octubre, 2005): “En los años setenta del siglo
xx, con el auge de los estudios feministas, se comenzó a utilizar en el
mundo anglosajón el término género (ingl. gender) con un sentido
técnico específico, que se ha extendido a otras lenguas, entre ellas el
español. Así pues, en la teoría feminista, mientras con la voz sexo se
designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el término
género se alude a una categoría sociocultural que implica diferencias o
desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es
en este sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de
género, discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del
ámbito específico de los estudios sociológicos, esta distinción puede
resultar útil e, incluso, necesaria. (…) Para las expresiones
discriminación de género y violencia de género existen alternativas como
discriminación o violencia por razón de sexo, discriminación o
violencia contra las mujeres, violencia doméstica, violencia de pareja o
similares.
También el Diccionario de Español Urgente (Agencia Efe, 2000) apunta lo
siguiente: “Género se emplearía para describir el distinto
comportamiento de hombres y mujeres en la sociedad según las distintas
condiciones en que se mueven: educación, familia, cultura, etc.”
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