Déspotas incompetentes en la política energética española
Déspotas incompetentes.
Son las dos palabras que rezuma el último trabajo de la Fundación
Energías Renovables -”Por una gestión competente de la energía”-, un
documento de análisis en el que la FER repasa la situación del sector
energético español y despacha con dureza a un ejecutivo que parece estar
gobernando con un solo objetivo: satisfacer las demandas de las
potencias árabes que suministran gas a España. Según la Fundación,
mientras el Producto Interior Bruto del país baja más de un 1%, las
importaciones energéticas han crecido en 2012 casi catorce puntos.
¿Conclusión, según FER? El cambio de nuestro actual modelo energético no
solo es necesario por su insostenibilidad intrínseca, sino que ya se ha
convertido en “una condición necesaria para superar la crisis
económica” toda.
El Ejecutivo que encabeza Mariano Rajoy –que gobierna desnortado, “a
decreto por trimestre”–, ha fracasado en su intento de acabar con el
déficit de tarifa –que en 2012 se ha desviado hasta un 114% sobre las
previsiones–, ha erosionado “gravemente” la democracia –gobierna por
decreto y además ignora a todos los actores del sector– y está apostando
por un modelo –de incentivo del consumo del gas– que está cegando la
salida de la crisis económica. Son algunas de las conclusiones que
alumbra la Fundación Energías Renovables (FER) en su último documento de
análisis, “Por una gestión competente de la energía“. En él, la
Fundación denuncia por una parte, una vez más, la “opacidad con la que
funcionan nuestros mercados energéticos” y el “déficit democrático” en
el que está asentada la gestión energética actual (habla de un
“despotismo” de nuevo cuño), y clama, por otro lado, contra una política
que está haciendo a España cada vez más dependiente energéticamente,
hasta el punto –absurdo– de que, mientras el Producto Interior Bruto del
país baja más de un 1%, las importaciones energéticas han crecido en
2012 casi catorce puntos.
De trastiendas y nomenclaturas
Y, en la trastienda de todo ello, en la trastienda de la política
energética española, los fondos árabes: Oman Oil, en Enagas; el fondo
soberano de Catar, en Iberdrola; Abu Dabi, en Cepsa; Sonatrach
(Argelia), en Gas Natural Fenosa. Sonora nomenclatura que recuerda
seguramente a otra de la que ya hemos escrito aquí, la que componen
todos esos cargos públicos que, una vez expirado su mandato, han acabado
defendiendo los intereses, precisamente, de esas grandes compañías
energéticas: Felipe González, ahora en Gas Natural Fenosa; Ángel Acebes,
en Iberdrola; Luis Carlos Croissier, exministro de Industria, ahora en
Repsol… La jugada pro-gas del Ejecutivo Rajoy no puede ser, en todo
caso, más nefasta, según la Fundación, que señala en su documento que la
dependencia del gas argelino se ha elevado en 2012 hasta el 45% o
apunta, en otro lugar del texto, que Catargas ha subido los precios a
Gas Natural “igual que hizo la argelina Sonatrach en 2007″. Eso sí
-insiste la Fundación-, al final, “paga el consumidor a través de
recargos que el Ministerio de Industria aprueba en la tarifa”. Las
primas al gas sumaron más de 2.000 millones de euros en 2012 (el doble
que las de la termosolar). Los denominados pagos por capacidad -que
reciben las centrales de gas- han crecido un 402% desde 2008 (dato APPA,
página 119).
Las matemáticas de las renovables
Eso sí: a la par que incentiva el gas, el Ejecutivo Rajoy -apunta la
FER- “insiste en desmantelar nuestro modelo renovable”. Y eso que las
renovables le salen más baratas -o mucho más baratas- tanto al
consumidor como al país mismo, según la Fundación, que soporta esa
afirmación aludiendo al último estudio macroeconómico de la Asociación
de Productores de Energías Renovables (APPA). Según ese estudio,
presentado por APPA en diciembre, en el periodo 2005-2011, las energías
renovables le costaron al sistema 20.875 millones de euros en primas,
pero le ahorraron 28.482 millones: “si a esta cifra [a la del ahorro] se
le añade el importe de las emisiones evitadas de CO2, de 2.825 M€, y
las importaciones energéticas evitadas en ese mismo periodo, de 12.938
M€, se llega a la conclusión de que el ahorro total de las renovables a
la economía nacional ha sido de 44.245 M€, más del doble que la
retribución que han recibido en primas”. Lo sucedido ahora con el precio
de la luz -rebaja del 6,6%- viene a recalcar -insiste la Fundación- “lo
que ya está demostrado desde hace tiempo, que en la medida en que
aumenta la generación renovable, bajan los precios de la energía por
megavatio hora”.
Al rescate de las eléctricas
Y en el primer trimestre de 2013 la generación de electricidad a partir
de fuentes renovables se ha disparado. Hasta el punto de que un marzo
airoso -y, este año, también muy lluvioso- ha situado en el 51,1% los
kilovatios generados en esos 31 días por el viento y el agua, “materias
primas” cuyo precio no oscila en función de los dictados del mercado. La
Fundación lo tiene claro: “la abundancia de recursos renovables en
nuestra naturaleza ha demostrado que las renovables son positivas para
el consumidor y reducen la factura de las importaciones de
hidrocarburos”. El Ejecutivo, sin embargo, también lo tiene muy claro.
Lo dijo hace año y medio, en el programa electoral que le llevó al
gobierno en noviembre de 2011. Allí, el Partido Popular ya decía que
quería convertir España en “un mercado de referencia del gas natural en
el Mediterráneo“. La política energética del Ejecutivo parece entroncar
con la política financiera (y también con la de infraestructuras):
rescatamos-nacionalizamos bancos, rescatamos-nacionalizamos autovías,
rescatamos-nacionalizamos compañías eléctricas. Eso sí, solo
rescatamos-nacionalizamos (con cargo al bolsillo de todos los
contribuyentes) las que dan pérdidas.
La espiral del gas
Y en el caso del gas, las pérdidas que han de afrontar las eléctricas
son cuantiosas. Porque hay menos demanda de electricidad -por culpa de
la dichosa crisis- y porque hay más competencia: léanse las renovables,
que tienen prioridad de vertido a red por ser fuentes no emisoras de
CO2, gas promotor del cambio climático. Los datos no pueden ser más
elocuentes: la demanda de gas natural de las centrales térmicas de
generación de electricidad fue, en 2008, de 187.534 GWh; en 2009,
160.888; en 2010, de 135.625; en 2011, 109.875; y en 2012, 84.634 GWh.
Más aún -apunta la FER en el documento que presentó ayer en Madrid-: “en
los dos primeros meses de 2013, la demanda de gas ha descendido un
9,6%”. El bajón de demanda no parece haber arredrado, sin embargo, a los
apóstoles del gas, según la Fundación: “en 2012 la paradoja ha
continuado al incrementarse las importaciones de gas (…). La explicación
está en los contratos de aprovisionamiento take or pay que obligan a
pagar el gas al suministrador extranjero independientemente de que se
consuma o no”. A rebufo de esos contratos-hipoteca -continúa la
Fundación-, se han seguido instalando centrales de gas en España. Es
más, el gobierno del PP ha estado fomentando esa idea con incentivos
-denominados “a la inversión“- cuya cuantía incrementó hasta los 23.400
euros por megavatio y año durante diez años (ese incentivo estaba en
20.000 euros en noviembre de 2011).
Los negacionistas que se equivocaron y los que tendrán que pagar
Bajo la alfombra, lleva ya algún tiempo rondando la idea de que el
problema del gas radica en que sus promotores (que han instalado 27.000
MW en los últimos diez años) se equivocaron -error empresarial
estratégico- con esa apuesta. Se equivocaron probablemente llevados de
la mano del negacionismo del cambio climático y se equivocaron más aún
al no prever el desarrollo de las tecnologías renovables, cada vez más
competitivas (sobre todo la eólica). ¿Y quiénes son hoy los señores del
gas que antaño se equivocaron? Pues léanse Iberdrola, que tiene más de
6.000 MW de gas instalados en España, o Gas Natural Fenosa, con otros
7.000 MW, por poner un par de ejemplos. Instalaciones -miles de
megavatios- que no están amortizadas y que se encuentran con ese doble
rival: baja la demanda y sube la aportación renovable. ¿Única salida
posible? Pues la intervención estatal… en todos los rincones del
territorio nacional: el gobierno -denuncia FER- presentó hace unos días
un proyecto de ley para Canarias que “incrementa la dependencia del gas,
lo que resulta una apuesta mucho más cara que la de desarrollar allí
-dada la abundancia de recursos naturales- el primer proyecto europeo
100% renovable”.
La insostenibilidad de los fósiles
La conclusión que extrae la Fundación de todo este análisis es que “el
cambio de modelo energético es ya una condición necesaria para superar
la crisis económica”. El déficit comercial en energía -apunta FER-
alcanzó en los doce meses de 2012 la formidable cifra de 45.503 millones
de euros, es decir, que más que quintuplicó todas las primas 2012 a
todas las tecnologías renovables: “esta es la cifra -señala la
Fundación- que marca la insostenibilidad económica de nuestro modelo
energético (…); la apuesta del Gobierno por los combustibles fósiles es
una apuesta insostenible que solo conduce a una gran crisis energética”.
Según el presidente de la fundación, Javier García Breva, que fue el
encargado de presentar ayer el informe FER ante los medios, “mientras
que la energía está transformando el mundo a una velocidad increíble,
nuestra regulación energética está todavía instalada en el escenario de
los combustibles fósiles, y ese es el origen de nuestros crecientes
déficits energéticos: lo que España necesita es más renovables y más
competencia” (en España, cinco empresas son propietarias del 80% de toda
la potencia de generación; además, estas mismas empresas prácticamente
monopolizan también la comercialización; y son precisamente estas las
que han contratado a Felipe González, José María Aznar, Ángel Acebes,
Pedro Solbes y compañía).
Propuestas
“Por una gestión competente de la energía” concluye con varias
propuestas. La primera es permitir el acceso directo del consumidor
final a las renovables (la FER apuesta por el balance neto, si bien
García Breva reconoció ayer que teme que el gobierno redacte un decreto
que, más que fomentar, obstaculice su desarrollo). En segundo lugar, la
Fundación propone “una profunda revisión de los costes regulados”, a la
par que critica que se esté recortando en renovables y eficiencia
energética para garantizarle a las cinco grandes eléctricas los ingresos
que están perdiendo por la bajada de la demanda. Además, la Fundación
sugiere que cada fuente internalice todos sus costes, que el gobierno
acabe con las barreras que impiden la competencia -”que es el factor que
más encarece el recibo de la luz”- y que fomente sobre todo el ahorro
de energía, “primer motor para el cambio de modelo energético y factor
de fortaleza de la economía”. Por fin, el presidente de la FER, Javier
García Breva, anunció ayer que la semana que viene tiene previsto viajar
a Bruselas, en compañía de la Plataforma por un Nuevo Modelo
Energético, para exponer, ante los representantes comunitarios, la
situación del escenario energético español y continuar trabajando en la
elaboración de denuncias contra el estado español por incumplimientos
varios, entre otros, la no correcta trasposición al ordenamiento
jurídico nacional de la Directiva Europea de Energías Renovables
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