20130518

Elise Vigouroux: Ley de transparencia en la cama

Elise Vigouroux: Ley de transparencia en la cama

Hay una realidad que es innegable: si usted tiene pareja, pocas cosas puede esconder, por no exagerar y decir ni una.

Si su pareja es una mujer y usted está tratando de ocultar algo, sepa que ella ya lo sabe antes de que usted lo cuente. ¿El motivo? Algunas lo saben por intuitivas, cotillas y otras por bipolares perdidas.

La cuestión es: intente usted ocultar el motivo de la tenencia de once millones de euros, el pago de unos viajes costosos para toda la familia, la compra de propiedades carísimas y, por decir otra cosa, de dónde saca usted el dinero para vivir a cuerpo de Rey (siendo príncipe). Inténtelo, es imposible.

Es increíble cómo la corrupción ha llegado a puntos tan extremos en este país que podemos llegar a creer historias absurdas sobre mujeres que duermen y follan con sus maridos pero que no tienen idea de lo que estos hacen. Rosalía Iglesias nunca preguntó a Luis Bárcenas: "¿De dónde sacas el dinero para mis abrigos de piel?" o "¿Si llevo dos años cobrando el paro, cómo podemos comprar pisos de millones de pesetas?" Isabel Pantoja y Maite Zaldívar nunca se plantearon de dónde podrían salir miles de euros en efectivo y, por supuesto, la infanta Cristina no se preguntó: "¿Por qué cobraba por consultorías que no hacía?" (Creo que tendríamos que escudriñar un poco en el concepto de trabajo que tiene la infanta; quizás allí podríamos descubrir la raíz del problema).

¿De qué habla esta gente after sex?, o será que solo se lanzan las típicas preguntas como: ¿Te corriste bien? ¿Te gustó? En la sobremesa de la casa de estas famosas parejas ¿se habla del clima? ¿de la carne de caballo en las albóndigas de Ikea? ¿o de la nueva promoción de El Corte Inglés?

Rosalía, Isabel, Maite y Cristina compraron, gastaron, ingresaron y disfrutaron sin preguntar nada; ahora también nos querrán convencer de que nunca han revisado los teléfonos de sus maridos o han hecho seguimiento para descubrir algún cuerno. Creo que con esto queda una pregunta muy importante en el aire: ¿Qué concepto tienen los políticos, monarquía y famosos de la sociedad española? La respuesta me asusta un poco, así que seré breve: nos consideran unos imbéciles en toda la regla.

Sin ir muy lejos pondré el ejemplo de una situación vivida en el seno familiar cuando yo era muy pequeña, una situación que nos deja clarísimo que si escondes algo a tu pareja, ella siempre buscará la manera de conseguir las respuestas. Es la naturaleza femenina, innegable como la capacidad de tener bebés o cotillear.

Mi madre sospechaba que mi padre le ponía los cuernos, imagino que por las llegadas tarde, los gastos abultados en restaurantes, bares y demás lugares de ocio y, por supuesto, la extraña tendencia de vestir elegante sin explicación o evento familiar a la vista; la cuestión es que mi madre -sin tener entrenamiento militar, ni carrera de investigación, ella es maestra- decidió escudriñar en su pequeña patria hasta el último indicio que pudiese dejar a mi padre al descubierto de una de sus muchas canas al aire.

Mi madre, al sospechar que algo andaba por el camino del cuerno, decidió colocar una grabadora de periodista debajo del asiento del coche de mi padre -de ese modelo que daba vuelta a la cinta sola- y dejar que en noventa minutos la realidad hablara. Y la realidad habló, reveló una aventura de meses, regalos multiplicados y cenas carísimas. Al ser descubierto, mi padre dio por terminada la aventura, aunque más adelante volvería a reincidir.

¿Qué intento decir al contar este episodio familiar? Es imposible que las mujeres de los corruptos de este país no se den cuenta de lo que hacen sus maridos cuando supuestamente duermen a su lado cada noche. Si Maite Zaldívar descubrió la existencia de la Pantoja antes que Julián la dejara, ¿cómo no se dio cuenta de los movimientos ilícitos de su entonces esposo?

Estas respetables mujeres se aprovechan de un bache en el sistema judicial español para alegar desconocimiento de acciones ilícitas y librarse de algunos años de cárcel. Ellas tienen la misma culpa que sus cónyuges y callaron por beneficio propio. Nosotros sabemos la realidad y todo aquel que ha tenido una pareja lo sabe: no hay nada que puedas ocultar a la mujer que te abre las piernas, así que desde hoy podríamos proponer una reforma en el código penal español, una nueva ley, la Ley de Transparencia en la Cama, que podría comenzar con un "si duerme con él o tiene hijos de su prole, usted debe saber cómo llena su marido la cartera"; sería un excelente comienzo.

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