Lo excepcional es que un caso de corrupción se haga público, y luego es milagroso que un político de cierto rango no sea corrupto.. disfruten lo votado..
Diego Calvo: “Los casos de corrupción son tan excepcionales como llamativos”
01.06.2013 Presidente de la Diputación de A Coruña // “Si el zorro sabe
más por viejo que por zorro, es el caballo joven quien más deprisa abre
camino...” // “La política exige voluntad de hacer cosas por los demás”
Quien haya transitado el sur de los Estados Unidos recordará que la
bandera de la confederación ondea en demasiados lugares, que las
estatuas del general Lee abundan en el centro de cada Main Street y que
mencionar la palabra "norte" puede llevarnos a tener algún problema.
Pero, al margen de lo anecdótico, Abraham Lincoln, el abogado más famoso
de ese recuncho de Kentucky que es Hodgenville, fue un personaje de
trayectoria muy alejada del tópico de los billetes de cinco dólares.
Influenciado por Karl Marx, con quien mantuvo correspondencia, fue un
reformista que, tanto a la hora de mejorar las condiciones de los
trabajadores o de limitar el poder del los estados, trató siempre de
conseguir sus objetivos sin renunciar a los principios. Pero lo más
importante de todo es que lo hizo sin perder el sentido último de la
realidad. Tras lograr abolir la esclavitud mediante la compra de varios
congresistas demócratas, alargó la guerra intencionadamente para
consolidar la abolición como realidad social. Esos son los hechos y así
nos lo demuestra la historia, porque en el trasfondo de esa compleja
mezcla de justicia y amoralidad subyace una moraleja profundamente
humana para estos tiempos en que el populismo nos arrolla con sus
soluciones de Teletienda. Vamos, que parece como si la política ya no
valiese para nada, algo que, por cierto, sostenían Franco y Stalin. Por
todo ello he decidido contrastar las tribulaciones que anidan en mi
cabeza con un político químicamente puro. Se trata de Diego Calvo, el
joven y prometedor gallego que preside la Diputación de A Coruña. A sus
38 abriles, este paisano de San Sadurniño, es uno de los mayores
defensores de la teoría que pretende reivindicar la política como "arte
imprescindible" para la convivencia y la cohesión. Confieso que decidí
esta entrevista tras mantener con él una larga conversación durante la
inauguración de la avenida que el bueno de José Antonio Lorenzo, con el
apoyo de toda su corporación, dedicó a la Sexta Provincia en el
Principado de Mondaríz. Diego Calvo me dijo entonces que el mundo que le
toca vivir a los de su generación es bastante más complejo de lo que
cuentan todos aquéllos que, ahogados en la egolatría de una rara virtud,
siguen sin comprender que la vida es bastante más alambicada que lo que
nos contaba el Padre Colomina:
"La política es vocación y requiere de valores que deben mantenerse
contra viento y marea, si bien, vistos los tiempos que corren, no se
trata de una profesión muy recomendable".
Hay quien la compatibiliza estupendamente con el esquí de alto riesgo en Canadá o con excursiones a Suiza...
No seas tramposo, Beotas, sabes bien que eso ni es habitual ni es propio de los políticos...
Me interesa tu definición…
La política exige voluntad de hacer cosas por los demás y participar en
la toma de decisiones. Hablamos de algo imprescindible para la
organización y el desarrollo social, que es mayoritariamente ejercido
por gentes nobles, honestas y coherentes.
¿Y dónde han quedado las ideologías?
Probablemente relegadas por imposición del pragmatismo.
¿Pragmatismo…?
Saber ser eficaz, adaptándote a la realidad, sin alejarte de tus valores
fundamentales y conformándote con resolver bien cuando la excelencia no
es posible.
Un ejemplo...
El de Fraga cuando dijo que no estaba dispuesto a gobernar por las encuestas…
¿Incluso incumpliendo lo prometido?
Cuando nos vemos obligados a tomar decisiones duras, hemos de saber
explicarlas a la ciudadanía. Si no lo hacemos así, nos quedaremos solos.
Pero cuando un político toma ese tipo de decisiones, lo hace por
exigencia y necesidad, jamás por gusto.
¿La ideología es maleable?
Para nada, porque ni depende "de" ni se define "por" una encuesta.
Situarse ideológicamente es muy importante, pues clarifica una posición a
la hora de abordar la organización social. Las decisiones están siempre
condicionadas y deben priorizarse en función de las disponibilidades y
recursos con que se cuenta. Eso es democracia.
Sostengo que el pueblo se está alejando velozmente de sus políticos…
Porque no se está contando toda la verdad. Porque los ciudadanos no
disponen de mecanismos para poder observar a los miles y miles de
políticos que trabajamos día a día honesta y desinteresadamente,
intentando hacer bien las cosas. Porque la noticia política es la de un
hombre que muerde a un perro y no la gran cantidad de hombres que no lo
hacen. Porque al político, como al médico, no se le perdona un error.
Porque nuestros aciertos, que son nuestra obligación, nunca gozan del
aplauso que reciben, por ejemplo, el buen cantante, el gran escritor o
el actor brillante...
¿No será que los políticos os estáis alejando del pueblo?
Los casos de corrupción son tan excepcionales como llamativos. Nunca
debieron ocurrir, sin duda, pero un solo caso de corrupción genera meses
y meses de titulares que cada día parece como si se tratase de un nuevo
caso. Se comenta en el bar, en la mesa familiar, en el trabajo… Y acaba
creando, por reiteración, una imagen que no le hace justicia al
colectivo.
¿Esa pérdida es reversible?
Espero que sí. La democracia debe garantizar la transparencia. Gozamos
de un sistema de libertades que, afortunadamente, posibilita que estos
hechos salgan a la luz pública.
¿Por dónde la regeneración?
Mejorando los controles y sabiendo comunicar todos aquellos ejemplos del
buen hacer que se producen en cada aldea, en cada pueblo, en cada
ciudad… Siendo conscientes de que son tiempos desaforados de angustia y
necesidad.
Dame la fórmula.
Hay que comenzar pacientemente por los pequeños detalles, dar a conocer
bien a muchos concejales que hacen mucho cada día, hipotecando lo mejor
de sus vidas…
No entiendo por qué no lo habéis sabido contar…
Porque no es a nosotros a quienes corresponde. Los logros y sacrificios
del día a día del político dan poco share a las televisiones, poco OJD a
los periódicos y poco EGM a las radios…
¿Y la justicia?
Es imprescindible. No hay democracia si no están acreditadas las
garantías procesales para todos, sin excepción. Es algo irrenunciable.
Los tribunales no pueden ser sustituidos por los medios de comunicación o
las aclamaciones populares. Si eso se permite, caeríamos en un error
gravísimo, que se volvería contra todos y cada uno de los ciudadanos.
Los apaleamientos públicos y la infamia son la moneda que circula en las
dictaduras.
Diego Calvo lleva en política desde que era un chaval y físicamente lo
sigue pareciendo. Pertenece a esa nueva generación que, hija de las
pantallas de plasma, pretende colarse en nuestros quehaceres cotidianos.
Licenciado en Ciencias Económicas y especializado en Hacienda Pública y
Sistema Fiscal, es también máster en Desarrollo Local y Comarcal.
Comenzó el largo y tortuoso camino en 2003, sentándose por vez primera
en su escaño de diputado dos años antes de que Manuel Fraga perdiese la
presidencia de Galicia. Parlamentario autonómico hasta 2009, ha
desempeñado los cargos de portavoz del PP en la Comisión de Juventud y
vocal en las de Economía, Pesca y Marisqueo, en la del Consello de
Contas y en la de la Compañía de Radio Televisión de Galicia. Delegado
territorial de la Xunta en A Coruña, en 2011 se incorpora a las listas
del PP por Ferrol como número tres. Tras la victoria de su candidatura
en aquellas elecciones, es nombrado concejal de Turismo, siendo, meses
más tarde, votado mayoritariamente para presidir la Diputación, puesto
que desempeña en la actualidad y que compatibiliza con el de secretario
provincial de su partido. Su permanente media sonrisa y su estilo
moderado le han forjado una imagen de hombre prudente y con sentidiño.
Cuando hoy me siento con él en su despacho de la Diputación, donde
trabaja rodeado de recuerdos familiares, personales y sociales, me viene
siempre a la cabeza su capacidad para no mostrarse más de la cuenta en
la primera fila del espectáculo. Viste traje gris, camisa azul y corbata
a juego. Toma permanentemente notas de nuestras palabras. El pelo,
geométricamente revuelto, le da un aspecto casual, que seguramente hace
furor en todos esos ojos de gata a los que supo cantar Enrique Urquijo.
En definitiva, este político, que parece sacado de un casting de Ian
Fleming, pertenece a los nuevos tiempos que ya están aquí, aunque, al
igual que el Lincoln dibujado por Spielberg, no ha olvidado que el
pasado, por mucho que se admire, no es el camino del futuro:
"En Galicia tuvimos un gran presidente durante muchísimos años, que fue
don Manuel Fraga, uno de los grandes creadores de lo que hoy es la
autonomía gallega. Con la llegada de Alberto Núñez Feijóo se ha
posibilitado una generación de políticos que está logrando abrir el
partido a los nuevos tiempos. Un caso muy ilustrativo es Coruña, donde
tenemos una de las organizaciones territoriales más jóvenes de toda
España".
¿La juventud es un valor en sí mismo?
Lo importante es la renovación, evolucionar con los tiempos, lograr una organización permeable y transparente.
¿Y tener a los mejores, en lugar de los escaladores…?
Por supuesto. De hecho hay que saber contar con gentes que, aunque no
hayan participado en política, están dispuestas a dar el paso para
colaborar con su experiencia profesional en los muchos problemas con que
nos enfrentamos desde el sector público. El camino, sin duda, es la
modernización.
¿Y aquéllos que colaboran repartiendo propaganda, preparando sobres -con
candidaturas, por supuesto- o pegando carteles, y esperan el "premio" a
tanta manualidad…?
Modernizar no es un borrón y cuenta nueva. La sabiduría la dan la
preparación y la experiencia, pero el emprendimiento sólo es posible
desde la ausencia de condicionantes. Es un ejercicio de
complementariedad por la innovación. Si el zorro sabe más por viejo que
por zorro, es el caballo joven quien más deprisa abre camino…
Al zorro no le gusta que el gallinero cambie de linde…
Los tiempos se transforman velozmente. Cambia la forma de comunicarse y
los requerimientos de la sociedad. Es ley de vida. Pero la renovación,
insisto, nunca debe ser ruptura.
¿Qué tiene más sentido: las organizaciones juveniles de partido, las universidades o la vida profesional?
Las organizaciones juveniles son necesarias, pues canalizan la
participación de los jóvenes en un momento determinado de su vida. Lo
que ocurre es que no deben ser incompatibles con que ellos se formen en
nuestras universidades y se desarrollen profesionalmente.
Salvo contadísimas excepciones nunca fue así…
No te empeñes. En Galicia tenemos cerca de treinta mil afiliados a
Nuevas Generaciones que no tienen garantizadas responsabilidades
posteriores en el partido. Es más, son muy pocos los que lo conseguirán.
¿Sabréis acabar con tanto medro?
Ése es siempre un riesgo. Si un joven quiere participar, hay que
alentarlo decididamente. Mis primeras actuaciones en el partido fueron
de logística, desde repartir folletos a poner sillas... Te aseguro que,
aunque no sea lo esencial, también enseña.
¿A qué?
A disciplinarte, a saber cómo piensa y siente el afilado, el simpatizante. A despertar el espíritu de sacrificio.
¿La clave?
Saber hacerlo compatible con una formación de excelencia, universitaria o
profesional. Hay que acabar de una vez por todas con el cliché de que,
si estás en una organización juvenil de un partido, mañana vas a estar
en un puesto de responsabilidad.
¿Te sientes parte de la nueva política?
Me siento parte de mi generación, de quienes entienden que es muy saludable cambiar la forma de ver las cosas.
¿Acabaréis con la pesadilla de lo "políticamente correcto"?
Esta época de crisis nos ha valido para llamar a las cosas por su
nombre. Quizá deberíamos hacerlo más a menudo… Pero hay que tener
cuidado con lo políticamente incorrecto.
¿Por?
Porque a veces justifica la mentira.
Explícate…
Si eres políticamente incorrecto tienes más audiencia, y eso parece alentar la infamia.
Te recuerdo que la infamia y la política caminan de la mano.
La sociedad es bastante más hipócrita de lo que estamos acostumbrados a reconocer. Y los políticos somos parte de la ciudadanía.
¿Cómo llevas lo de estar bajo observación?
Mal, sinceramente, muy mal. A veces quieres rebelarte y no puedes. Una
cosa es que tengas que cuidar todo lo que dices en público y otra es que
no puedas tomarte una copa con los amigos con intimidad.
Me temo que eso va con el cargo que otros desean...
Soy consciente de que toca aguantarlo poniendo buena cara, incluso
cuando tratan de hacerte una foto y estás con la familia en la playa,
tratando de relajarte. Qué le vamos a hacer…
¿Vas demasiado rápido?
Tengo treinta y ocho años y Rajoy fue vicepresidente de la Diputación con diez menos.
¿Comparas trayectorias?
Sólo en el hecho de que ambos casos fueron fruto de una renovación. Para mí, lo importante no es llegar, sino caminar.
¿Y cuando te toquen el pasodoble?
Pues que mi puesto lo ocupará otro que esté más capacitado. Si empezamos a verlo todos así, todo fluirá con naturalidad.
¿Llegaste adonde querías?
Hace poco estuve cenando con unos compañeros del colegio y ninguno había
cumplido con su sueño en la vida. Alcanzamos los sueños cuando la vida
nos cambia y sabemos adaptarnos, por eso lo inteligente es plantearse
objetivos a corto plazo.
¿Para pasado mañana…?
Lograr que la institución sirva eficazmente a todos los ayuntamientos.
Esta institución es como un trasatlántico: no debe parar, ha de mantener
el rumbo y cualquier variación ha de ser milimétrica.
Hay quien sostiene que Coruña vuelve a estar en el mapa…
Gracias a un excelente trabajo que comenzó Romay en su momento y que ha
sabido culminar Carlos Negreira sin escatimar horas, recorriendo
permanentemente todos y cada uno de los pueblos y aldeas de la
provincia.
¿Y tú…?
Simplemente orgulloso de que el noventa y cinco por ciento de los asuntos del pleno salga por unanimidad.
¿De quién es el mérito?
De todos y de ninguno.
¿Y los adversarios?
Tengo la suerte de tener una oposición leal, dispuesta al dialogo y al debate.
Cada vez hay más gallegos por las moquetas de Madrid…
No sigas por ahí, pinchas en hueso. Me interesa el presente.
¿Saldremos de ésta?
Soy economista y sé que de ésta saldremos.
¿Cuándo?
Cuando el país, y especialmente los inversores, recuperen la confianza.
¿Estamos en el camino?
Lo estamos por rigor, por decir las cosas como son, por no engañar y por saber anteponer lo importante a lo urgente.
Desaparecidas las Cajas, os toca toda la obra social…
El futuro de las diputaciones va mucho más allá de lo social, aun siendo algo indispensable.
¿Por lo local a lo global?
Efectivamente, son tiempos de globalización, en los que toda la
información está disponible desde cualquier parte del mundo. La demanda
de nuestras gentes es de información mucho más cercana.
¿Crítico con la televisión autonómica?
Simplemente realista. Las televisiones autonómicas están
sobredimensionadas porque copiaron el modelo de la estatal, y eso no
tiene sentido.
¿Cómo quieres ser recordado?
Como un hombre valiente y bien intencionado en las decisiones, al que nunca le ha importado contar con el aplauso de todos.
Cae la tarde. Tras el ventanal las luces de la ciudad se encienden
repentinamente. Nuestro encuentro acaba conversando sobre Lincoln y las
pocas veces en que la realidad se ajusta a los deseos. Al salir de la
Diputación, camino de María Pita, pienso que los principios exigen
sacrificios tan duros que suelen ponerse siempre en duda, pero… Intuyo
que acaban sobreviviendo sin problema, por pura necesidad.
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