no se puede llegar a los sitios 30 años tarde, es de muy mala educación
Competencia propone cambiar el sistema de calificación urbanística por zonas
después de muchas décadas en las que cientos de expertos han denunciado las causas del problema urbanístico en hispanistán (burbuja incluida), AHORA se dan cuenta del "error".. habrá que tener cuidado con tantos genios (los mismos que han permitido el "impuesto al Sol" en el autoconsumo, el primero impuesto de éste tipo en todo el Mundo),
sin olvidar que gran parte de lo que cuentan es mentira.. Valencia tiene suelo urbanizable para 1 millón de viviendas, y Madrid (PGOU de 1997 y la Ley del suelo 8/1990) es todo urbanizable o urbano..
la noticia sólo se puede entender si se reconoce la casta que impera en hispanistán: analfabetos funcionales, cuyo negocio era re-vender campos de trigo (o desiertos) a precio de manzana de New York; palilleros y corruptos; han matado la gallina de los huevos de oro con su avaricia, y han endeudado a las generaciones futuras; ahora querrían seguir con "sus labores".. lástima que se acabó el crédito, y que haya pisos (ya construidos) para los próximos 100 años..
Competencia propone que todo el suelo de España sea urbanizable
EXCEPTO LOS ESPACIOS PROTEGIDOS
El organismo critica el intenso intervencionismo en materia urbanística y recomienda eliminarlo de raíz.
Una auténtica revolución urbanística. Eso es lo que propone la Comisión
Nacional de la Competencia (CNC) en un informe publicado el pasado
martes sobre las graves deficiencias que presenta, desde hace décadas,
el urbanismo en España. ¿Problema? El intenso intervencionismo público
que existe en el mercado del suelo ¿Solución? Declarar todo el suelo
patrio urbanizable y, por tanto, apto para construir, sin necesidad de
una autorización administrativa previa, a excepción de determinados
espacios protegidos convenientemente justificados como, por ejemplo,
parques naturales. Es decir, liberalizar el suelo al 100%.
A diferencia de lo que piensan muchos, la actividad urbanística está
controlada de principio a fin por los poderes públicos, sobre todo por
comunidades autónomas y ayuntamientos, que son las administraciones
competentes en esta materia. El propietario del solar, ya sea un
particular o una empresa (promotor, etc.), no tiene margen alguno para
decidir qué hacer con su terreno. Todo depende de la Administración
pública de turno. La CNC analiza en detalle los efectos y consecuencias
indeseadas de dicho intervencionismo sobre el mercado de la vivienda y
la actividad económica en general.
La liberalización urbanística es un mito
En primer lugar, cabe recordar que el actual marco regulatorio es
herencia directa del franquismo, ya que el urbanismo español moderno
nace con el Régimen de Suelo y Ordenación Urbana de 1956, que apuesta
firmemente por la intervención del poder público en este ámbito, al
tiempo que limita el derecho de propiedad de la vivienda y el suelo en
base a su "función social". A raíz de esa semilla surge todo lo demás.
Así, los planes urbanísticos que elaboran los ayuntamientos tienen una
única finalidad: "Dibujar de forma detallada la futura ciudad,
determinando la parte del territorio que podrá urbanizarse y el uso
concreto al que deberá destinarse el suelo". Y todo ello, con un
"amplísimo margen de configuración" por parte del poder local, ya que
"el urbanismo español se caracteriza por establecer una planificación
detallada del suelo que puede urbanizarse, de cómo debe urbanizarse, y
de cuándo debe urbanizarse".
El ayuntamiento puede clasificar el suelo como urbano o no a discreción,
limitando así la cantidad de suelo apto para construcción, sin que tal
limitación tenga que ver con el interés público y mucho menos con
criterios de mercado. Esta delimitación arbitraria "modifica los precios
relativos entre suelo urbano y suelo no urbano, elevando el precio del
suelo urbano y de la vivienda, además de reducir el tamaño medio de las
viviendas y aumentar la densidad de población de la ciudad", según la
CNC.
El planeamiento también establece los usos específicos del suelo. "Es el
planificador el que determina cómo se va a utilizar cada zona", así
como los criterios de edificabilidad, ocupación, y densidad. Esta
calificación tan detallada, no sólo reduce la oferta de suelo sino que,
además, impide que sea la competencia la que asigne su uso más
eficiente. Es habitual que los ayuntamientos reduzcan de forma
arbitraria los espacios disponibles para establecimientos en multitud de
sectores, tales como gasolineras, grandes superficies, supermercados,
oficinas, comercios hospitales, etc.; que el suelo contemplado para un
determinado uso no sea del tamaño suficiente o esté situado en una
localización poco atractiva, limitando la entrada y la competencia; de
hecho, el planeamiento suele incluso fijar restricciones adicionales
sobre la apertura de determinados locales y actividades actividades,
restringiendo aún más la competencia.
A ello se suma el hecho de que los municipios, por ley, tienen la
obligación de contar con Patrimonios Públicos de Suelo (PPS), formados
por el suelo obtenido de las cesiones que se realizan en las actuaciones
de transformación urbanística. Es decir, se reservan parte del suelo
urbanizado, sin necesidad alguna de compensar a su propietario, para
parques, jardines, sistemas de alcantarillado, polideportivos... Y en
todo caso, la Administración siempre puede intervenir en las
transacciones de suelo mediante derechos de tanteo y retracto,
convirtiéndose así en un agente privilegiado en el ámbito urbanístico.
Por otro lado, el urbanismo español se caracteriza por su "complejidad,
discrecionalidad e inconsistencia", añade la CNC. La falta de
transparencia es "considerable", los planes se someten a modificaciones
constantes y, por si fuera poco, "los Ayuntamientos no tienen que
ajustarse a unos criterios claros y objetivos en su actuación: en el
urbanismo español, la subjetividad suele ser la norma", afirma el
estudio.
Los efectos del intervencionismo
España es el quinto país con una intervención más restrictiva en materia
urbanística. Esto hace que el mercado del suelo en España sea
especialmente rígido, configurando así una oferta inelástica que provoca
numerosas deficiencias. No en vano, el suelo abunda en España, pero "la
regulación crea una escasez artificial" y "ralentiza su urbanización",
añade el informe.
Como consecuencia, la intervención pública encarece el precio del suelo
-y de la vivienda- de forma artificial, ya que restringe la oferta. El
suelo no urbanizable en la mayoría de las principales ciudades de España
alcanza porcentajes superiores al 60%, siendo el suelo urbanizable
delimitado inferior al 10%, y en muchos casos no supera el 8%.
No por casualidad, según la CNC, España se encuentra entre los países de
la OCDE en los que más han aumentado los precios de la vivienda desde
1980 y entre los cinco países en los que más volatilidad ha exhibido la
tasa de evolución del precio de la vivienda entre 1997 y 2011.
A modo de ejemplo, el valor de un suelo rústico se puede multiplicar por
más de 30 una vez urbanizado, por obra y gracia de la clasificación
discrecional. "Esto provoca que propietarios y promotores intenten
persuadir a los poderes públicos, principalmente los municipales, para
conseguir que sus terrenos se incluyan dentro de la frontera", creando
así incentivos perversos y un campo abonado para las tradicionales
corruptelas urbanísticas. Otro efecto perverso es que el proceso de
urbanización es muy lento, ya que puede tardar entre 4,5 y 14,5 años.
También cabe recordar que "el urbanismo español se encuentra
absolutamente condicionado por la dependencia de los ayuntamientos de
los ingresos provenientes del suelo y de la vivienda, lo que eleva el
riesgo de que la autoridad utilice el urbanismo, al menos parcialmente,
para maximizar sus ingresos fiscales", advierte el informe. Los
ayuntamientos obtienen jugosas compensaciones a cambio de modificar el
planeamiento vía convenios. Por ello, suelen elaborar un plan inicial
muy restrictivo o muy alejado de la demanda real del mercado para,
posteriormente, modificarlo a cambio "de una compensación urbanística".
Además, utilizan los PPS para para obtener financiación municipal:
restringen la oferta de suelo para lograr más dinero con la venta de sus
solares o bien una mayor cesión a la hora de urbanizar terrenos, y sin
necesidad de destinar ese suelo a las finalidades específicas que marca
la ley (vivienda protegida). No en vano, la Administración es la
principal propietaria de suelo urbano no edificado en muchas de las
grandes ciudades, con una posición significativa en el total de la
oferta.
Solución: suelo libre
En resumen, la CNC concluye que "la intervención urbanística en España
configura una oferta de suelo rígida, que a su vez contribuye a generar
una oferta de vivienda rígida en comparación con la de otros países.
Esta rigidez favorece un mayor crecimiento de los precios, exacerba el
ciclo inmobiliario de la economía española, y contribuye a aumentar la
inestabilidad macroeconómica".
De ahí, que el organismo considere necesario "impulsar un debate más
profundo sobre el papel que desempeñan las herramientas de intervención
urbanísticas", planteando como alternativa la posibilidad de convertir
"en suelo apto para ser urbanizado todo el que no deba estar
necesariamente protegido por motivos de interés público convenientemente
justificados".
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