El arma química que se emplea en Siria puede proceder de EEUU
En pleno apogeo de la crisis siria la polémica entre los partidarios y
detractores de la vía militar alcanzó su máximo nivel. Entre tanto, los
expertos llaman a analizar minuciosamente todas las versiones razonables
que expliquen la aparición del arma química en la zona de combate y
solo después hacer las conclusiones pertinentes.
Una de estas versiones causó un estallido de indignación entre las
personalidades oficiales rusas y paralelamente dejó a la comunidad de
expertos en un estado de extrema perplejidad. Días atrás, el jefe del
Pentágono, Chuck Hagel, acusó a Moscú de suministrar armas químicas a
Damasco. Por lo demás, los militares estadounidenses también quedaron en
estado de shock por las manifestaciones de su jefe y rápidamente las
devaluaron: presuntamente tenía en cuenta el arma convencional. No
obstante, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró oficialmente que las
acusaciones carecen de todo fundamento y apuntan a crear pretextos
adicionales para agredir a un Estado soberano.
El Kremlin reaccionó a la declaración de Chuck Hagel de forma más
contundente. El jefe de la administración presidencial Serguéi Ivanov
dijo que se trata de un “delirio inconcebible”. Y añadió que es proclive
a creer en la realidad del uso del arma química en Siria, pero duda de
que lo haya hecho el régimen de Asad. “Pienso que es evidente la falta
de pruebas convincentes de que el arma química fue empleada, si bien soy
proclive a pensar que lo más probable es que haya sido empleada. Pero
que fue usada precisamente por las tropas de Asad… desde el punto de
vista de la simple lógica es, dicho moderadamente, poco razonable”,
agregó.
En general, Moscú tilda la declaración del jefe del Pentágono de
tentativa de hacer pagar justos por pecadores. Y esto puede ser una
verdad mayor, de lo que se suponía originariamente. En la prensa
apareció una versión bastante curiosa de la procedencia del arma química
empleada en Siria. Igual que todas las deducciones, estructuradas en
suposiciones, ésta también presenta defectos, aunque tiene derecho a
existir.
Presuntamente el arma química fue llevada a Siria directamente de EEUU,
donde unos malhechores la sintetizaron casi en condiciones caseras. Es
que las grandes redes comerciales Wal-Mart y Walgreens, a la par con
algunas otras grandes tiendas norteamericanas, venden productos que
pueden ser utilizados para preparar el arma química, particularmente, el
gas sarín neuroparalizante .
No hace mucho se descubrió que se trata de esas mismas sustancias
químicas, para cuya venta en Siria compañías británicas recibieron las
correspondientes licencias. Los ingredientes para la preparación del
sarín son bien conocidos en la industria química y están descriptos
detalladamente en Internet: dimetil, metilfosfonato, tricloruro,
fósforo, fluoruro de sodio y alcohol.
Todos esos ingredientes son fáciles de adquirir a través de las firmas
proveedoras de materiales químicos, y dos de ellos están en los estantes
de Wal-Mart y Walgreens. En los depósitos de estas dos tiendas hay un
producto denominado Agua Infantil para la alimentación de los bebés y
contiene fluoruro de sodio.
Por lo demás, algunos expertos no creen en que componentes de gases
neuroparalizante s se encuentran libremente en las estanterías de las
grandes tiendas. El jefe del departamento de investigación científica de
la historia militar de la región noroccidental de la Federación de
Rusia, teniente coronel Eduard Korshunov, dice:
- Es poco creíble, porque los componentes como el propio sarín están
sujetos a la convención sobre la prohibición del arma química. La
convención es un documento que en calidad de suplemente contiene tres
listas: en la primera lista están las sustancias tóxicas. Su producción,
acumulación y empleo están prohibidas. La segunda lista son los
componentes de los cuales estas sustancias de sintetizan. También están
prohibidos y se encuentran bajo estricto control. Simplemente no pueden
venderse.
Al propio tiempo, muchos especialistas admiten que el sarín pueda ser
sintetizado en condiciones caseras. El científico jefe del Centro de
Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y Relaciones
Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, Piotr Topychkanov,
señala:
- Un ingeniero químico puede fabricar en condiciones caseras gas tóxico,
que a su vez puede ser empleado en un ataque químico. Pero no se trata
de un arma de destrucción masiva, sino de una pequeña cantidad de gas,
que puede ser empleado en un atentado. Viene a la memoria el ataque
consumado por la secta Aum Shinrikyō en Tokio.
Semejante tipo de ataques son eficaces solo en lugares de gran
acumulación de gente, por ejemplo, en un medio de transporte. Porque en
condiciones caseras es difícil crear el medio de suministro y elaborar
tal cantidad de sustancia como para asestar un golpe en una gran plaza
en un espacio abierto.
De tal modo, cuando hablamos de los ataques perpetrados en Siria, es
evidente que se trata de un arma casera y no de medios militares.
El director general del Centro de Coyuntura Política, Serguéi Mijéiev, afirma:
- En este caso hay que basarse en el informe confeccionado por la parte
rusa. En él se fundamenta con profesionalismo y precisión el hecho de
que las sustancias químicas encontradas fueron hechas en condiciones
caseras. Y el hecho de que en principio es posible, no representa ningún
secreto. En nuestros días es posible hacerlo en condiciones caseras.
Muchos componentes realmente se venden libremente en las redes
comerciales, no solo en Inglaterra o EEUU, sino, en general, por todo el
mundo.
Además, existe experiencia real de empleo de sustancias químicas por
diferentes organizaciones extremistas. Por ejemplo, la secta Aum
Shinrikyō empleó gas sarín en el metro de Tokio. Lo preparó por sí sola.
O sea que no es nada inaccesible. Es grande la probabilidad de que las
sustancias químicas fueron preparadas en condiciones caseras.
En las condiciones actuales la cuestión de poseer un arma, que en
determinadas condiciones puede ser utilizada con alta eficacia contra
grandes concentraciones de personas, tiene varias respuestas. Por
ejemplo, podemos recordar la llamada bomba sucia. Para crearla no se
necesita ser muy inteligente. Lo más complicado es el acceso a los
materiales radioactivos, incluidos los residuos de las centrales
atómicas. Mucho más fácil es conseguir en el mercado el explosivo común y
corriente.
Desde luego que la bomba sucia no da un efecto destructivo inmediato
(radiación luminosa, onda de choque, y otros tipos de incidencias del
arma atómica) y, por consiguiente, es inútil en calidad de arma de
combate. Pero la desactivación radiactiva del territorio será costosa y
duradera, sin hablar ya del daño a la salud. En general, es un medio
ideal de presión política. Lo principal es que hay demanda y, por
consiguiente, hay oferta. Piotr Topychkanov, destaca:
- Los complicados sistemas militares, que se crean en violación a la
legislación internacional, por lo general están compuestos de
componentes de diferentes Estados. Y esto se vio perfectamente en el
ejemplo de los programas nucleares de Paquistán y la India. Por sí solos
y de las más diversas maneras conseguían las tecnologías y componentes
necesarios en diferentes Estados al margen de las restricciones
existentes. La misma situación puede darse en Siria.
Cuando hablamos del arma de destrucción masiva, como, por ejemplo, el
arma química, podemos suponer que sus creadores consiguieron los
componentes necesarios en el mercado negro internacional. No se puede
hablar de ninguna cooperación oficial de alguna compañía con los
productores del arma química en Siria, porque los servicios de seguridad
nacional pusieron fin a esa actividad tan pronto la descubrieron.
Al fin y al cabo, la fuente de la tecnología de doble uso o aquella que
puede ser utilizada en la creación del arma de destrucción masiva, carga
con una responsabilidad mayor que aquel que emplea dicha arma. Es
necesario poner el acento en la procedencia del arma química. Pero ahora
lo principal es ¿quién la empleó? Obviamente, en este sentido la
imparcialidad es imprescindible. Si los hilos conducen al extranjero,
deben ser cortados.
Sea como sea, todo estriba nuevamente en la necesidad de practicar una
investigación minuciosa, que es lo único que puede determinar el grado
de culpabilidad de las partes involucradas en el conflicto. Únicamente
sobre esa base la comunidad internacional tiene derecho a tomar una
resolución y más aún si las consecuencias de esa resolución influyen en
el estado de cosas en toda una región del planeta. El teniente coronel
Eduard Korshunov, dice:
- Se puede establecer el país de fabricación y, a veces, hasta la
corporación que produjo esa sustancia. El análisis de las muestras de la
sustancia, de la piel de los muertos durante los ataques químicos debe
realizarse en laboratorios químicos independientes de diversos países. Y
ya sobre la base de esos resultados se podrá hablar del hecho de empleo
de la sustancia tóxica en general.
Hay que reconocer que la comunidad internacional está dividida en el
problema sirio. En la cumbre del G-20 se puso claro que al menos la
mitad de sus participantes está a favor de un ataque armado con respecto
a Bashar Asad. Pero la otra mitad sostiene un punto de vista opuesto.
Correspondientem ente se requiere un consenso. Y hasta entonces
cualquier acción contra Asad será acogida como una brillante
demostración de actitud desdeñosa hacia el actual orden mundial,
construido sobre la base de la reciprocidad de los más diferentes
intereses
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