Así ha evolucionado el precio de las drogas ilegales ¿Ganamos la guerra?
Desde que Nixon lanzó a los EEUU a su particular War on Drugs, han
pasado ya unas cuantas décadas, pero los resultados de esta particular
guerra de los gobiernos contra el tráfico y consumo de drogas no pueden
ser más desalentadores.
Hay una forma muy sencilla de medir si la guerra contra la drogas
está siendo ganada o perdida. Cómo en toda economía de mercado, y el
negocio de las drogas no es ajeno a las leyes del mercado, una
disminución de la oferta de un producto, que es lo que busca la política
de la guerra contra las drogas, debería llevar inevitablemente a un
incremento en el precio de este producto. O quizás en el peor de los
casos a precio constante una disminución de su calidad manteniendo su
precio que sería otra forma indirecta que tendrían los productores de
drogas de incrementar precios ante la presión de la guerra contra las
drogas iniciadas por los gobiernos.
Pues bien estos son los resultados del último estudio publicado por BMJ ” The temporal relationship bettween drug supply indicators “(pdf)
Desde
el apogeo y caída de Pablo Escobar, los resultados son espectaculares.
El precio de un gramo de cocaína en los EEUU ha pasado de los $198 a los
$98 entre 1990 y 2007, descontada la inflación una caída del 80% en el
precio. Mientras tanto, la pureza de las tres principales drogas no ha
parado de aumentar. Ni en los sectores más competitivos, automóvil,
electrodomésticos, se aprecia una caída de precios tan fuerte cómo en el
sector de las drogas. Probablemente hubiera sido más eficiente
incrementar artificialmente los precios vía impuestos como sucede con el
tabaco que seguir poniéndo en la cárcel a los productores,
distribuidores y consumidores de drogas ilegales.
En Europa, la dinámica tampoco ha sido muy
diferente. Entre 2000 y 2009 el precio de la cocaína ha caído un 51% y
el de la heroína un 74%. Desde la entrada en vigor del euro, las drogas
ilegales deben ser el único producto de consumo ajeno al proceso
inflacionario de la moneda única.
La prohibición punitiva global contra las
drogas ilegales se ha demostrado no sólo inefectiva sino incluso
contraproducente. Como daños colaterales de esta guerra contra las
drogas tenemos asociada una extraordinaria violencia con miles de
muertos, una enorme capacidad corruptora de las mafias que controlan un
negocio que mueve 350 mil millones de dólares al año según Naciones
Unidad, las cárceles abarrotadas de pequeños distribuidores de estos
productos ilegales y unos cuantos miles de muertos más por sobredosis o
enfermedades asociadas a consumir un producto bajo ningún tipo de
control sanitario, para no hablar de los cientos de millones de dólares
enterrados cada años en perseguir policialmente el tráfico de drogas y
que sólo logra confiscar el 5% de la producción. En resumen un absoluto
fracaso.
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