al submarino le pasa como a la economía del país: se hunde por exceso de ineptos, oportunistas, políticos, ignorantes y comisionistas..
los "ingenieros" de hispanistán ni detectaron el problema en el diseño, y cuando el artefacto se hundió (por el exceso de peso) estimaron el sobrepeso un 60% por debajo de lo que han dicho los americanos.. que han dejado a un ingeniero para supervisar a todos los inútiles de hispanistán durante la modificación.. todo un éxito..
disfruten lo votado..
El Gobierno gasta 800 millones más para sacar a flote el submarino S80
Recreación del submarino S80 en superficie. / armada.mde.es
Sacar a flote el famoso submarino S80 made in Spain costará a las arcas
públicas un suplemento de 800 millones sobre los 1.316 aportados por el
Ministerio de Industria para el desarrollo y la fabricación de 4
sumergibles destinados a la Armada. Ese incremento de coste supone una
desviación de 315 millones sobre los 1.720 presupuestados para el
programa y será cubierto por el Presupuesto público, sin que le afecten
los ajustes del déficit que el Ejecutivo de Mariano Rajoy seguirá
cargando en 2014 sobre los salarios de los funcionarios, la reducción de
plantillas y el recorte de los servicios públicos esenciales. La
decisión de asumir el sobrecoste se ha tomado sin la preceptiva
investigación y la consiguiente explicación al Parlamento de los
insólitos fallos en los que ha incurrido Navantia y que han impedido
literalmente que el S80 pueda flotar.
Para determinar unos errores que habrían sido un filón para Gila,
Navantia contrató a unos ingenieros de la casa estadounidense Electric
Boat que, por la módica cantidad de 14 millones de euros, se personaron
en la factoría de Cartagena y como si se tratara del señor Lobo de Pulp
Fiction, echaron una ojeada y detectaron una desviación del peso del
sumergible de 180 toneladas. Navantia había evaluado el sobrepeso en 70
toneladas. Alguien había averiado la báscula y engordado el cilindro más
de la cuenta. Pero los cables, los tubos, las soldaduras, gran parte
del equipamiento técnico y el motor eléctrico principal, que ha sido
desarrollado por la empresa Catery, una filial de la multinacional con
capital mayoritariamente español Gamesa, ya habían sido instalados, y en
esta tesitura se imponía un rediseño consistente en alargar un 10% los
71 metros del casco y en desplazar el centro de gravedad del buque. Para
supervisar esta modificación, la Electric Boad ha dejado un ingeniero
en Cartagena.
Aunque la Armada debía supervisar el diseño y la construcción del
submarino, cuyo primer ejemplar llevará el nombre de Isaac Peral,
ninguno de sus expertos detectó el fallo. Aunque el Canal de
Experiencias Hidraúlicas de El Pardo cuenta con magníficos ingenieros
navales, ninguno pudo evitar lo irremediable: el ridículo internacional
del submarino totalmente español. Aunque en 2009, la demanda mundial de
submarinos se cifró en 130 sumergibles y Navantia aspiraba a ofrecer su
producto, sus expectativas comerciales se han visto truncadas. Ni el
ministro de Industria, José Manuel Soria, ni el de Defensa, Pedro
Morenés, han informado del fiasco al Parlamento. Éste último acumula 48
solicitudes de comparecencia no atendidas y el lunes fue duramente
criticado por el socialista Diego López de “ningunear al
Congreso“.
El compromiso de aportar 800 millones de euros más para los cuatro
submarinos supone un desvío de 315 millones sobre el programa inicial y
sitúa, a día de hoy, el coste de cada uno en 533,75 millones de euros.
Nada que ver con los 300 millones de euros de los Scorpene, construidos
por Navantia en colaboración con los astilleros militares públicos
franceses. Navantia rompió amarras con la DCNS francesa al comienzo del
nuevo siglo, con José María Aznar de jefe de Gobierno, y se embarcó en
el diseño de un sumergible ”cien por cien español“, aunque con
aportación tecnológica inglesa.
La única explicación sobre el retraso de tres años y el fracaso del
diseño del S80 que el Gobierno ha remitido a los representantes del
soberano figura en la partida 464B del Presupuesto de Industria para
2014 y consiste en la asignación de un crédito con los primeros 208,7
millones de los 800 comprometidos. En la justificación del gasto se lee:
”Consiste en el desarrollo por la industria española liderada por
Navantia como contratista principal de submarinos avanzados, dotados de
los más modernos sistemas de propulsión, de equipos de autoprotección,
comunicaciones y combate. Será el primer submarino de diseño, desarrollo
y producción totalmente nacional –como si el del ingeniero Peral no lo
hubiera sido hace 125 años– que permitirá posicionar a las empresas
españolas en el mercado de submarinos, con gran trascendencia ante una
hipotética reorganización del sector naval militar europeo”.
Aunque en el Consejo de Administración de Navantia están el almirante
jefe de apoyo logístico de la Armada, Estanislao Pery Paredes, el
director general de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, José
Manuel García Montaño, y el jefe del Gabinete de la subsecretaria de
Defensa, el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta Lapique, y su
superior de la SEPI, Ramón Aguirre, han optado por colocar al almirante
retirado José Manuel Sanjurjo para que dirija la factoría de Cartagena y
controle el rediseño del submarino. Entre las capacidades más novedosas
del buque estará la recuperación de drones (minisubmarinos de espionaje
y ataque no tripulados) y la posibilidad de desembarcar combatientes
bajo el agua para realizar operaciones especiales.
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