20140211

Aumentan las agresiones a policías en Gijón, alertan los sindicatos de la Comisaría

cuando el hambre aprieta, no hay ley que valga.. y no es que las leyes en hispanistán valgan para mucho.. miles de imputados por corrupción, miles de casos de nepotismo y despilfarro.. y ni un responsable..

y eso que la eliminación del servicio militar obligatorio (recordar: sólo para hombres, para mujeres no, que todos somos iguales) ha evitado que la población tenga formación, adiestramiento y capacidad de organización.. sin duda otro éxito de la gran "democracia" de hispanistán..


Aumentan las agresiones a policías en Gijón, alertan los sindicatos de la Comisaría

Un avance de los que les viene encima, a medida que la crisis siga avanzando el ser policía será cada vez un trabajo más peligroso. Ya han empezado a quejarse y eso que aún se mantiene el bienestar social.

Ocho agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón se encuentran actualmente de baja como consecuencia de las lesiones que sufrieron mientras realizaban su trabajo. Todos ellos fueron agredidos. Los sindicatos alertan de que es la primera vez que la mitad de los trabajadores que causan baja en las dependencias policiales gijonesas lo hace por haber sido víctimas de un atentado contra agente de la autoridad. Y, además, advierten de que la comisión de este tipo de delitos no deja de aumentar.

Las lesiones en acto de servicio son ya, de hecho, la primera causa de accidente laboral en la Comisaría. Algo que no ocurre, por ejemplo, en la Jefatura Superior de Policía de Oviedo. El fenómeno no es exclusivo de la Policía Nacional. Los representantes de la Policía Local aseguran que también ellos sufren el incremento de la conflictividad social. Gijón es la ciudad de Asturias que más atentados a la autoridad registra.


Matías Castaño, secretario general del Sindicato Unificado de Policía, exige que este fenómeno sea analizado. "El aumento de las agresiones a los policías puede suponer la evidencia de un progresivo deterioro social y una falta de respeto hacia unos servidores públicos que se encargan de salvaguardar los derechos de todos los ciudadanos", argumenta el sindicalista, haciendo hincapié en la necesidad de realizar un "estudio muy amplio, exhaustivo y riguroso" de los componentes que pueden llevar a esta situación. En esta misma línea se manifiesta Joaquín Rodríguez, miembro del comité ejecutivo regional de la Confederación Española de Policía.

Para la CEP, "bajo todo esto que está pasando subyace la pérdida de valores de la sociedad y que ahora muchos ciudadanos ven a la Policía como el instrumento del Gobierno". En el grupo de radiopatrullas, aseguran estos representantes de los trabajadores, es rara la semana en la que no se producen varias agresiones a agentes. Lo extraño es que este tipo de infracciones se registran en una ciudad con un índice de criminalidad situado muy por debajo de la media española de poblaciones de su tamaño.

Joaquín Rodríguez argumenta que pegar a un agente de la autoridad "sale demasiado barato". "Se suele aplicar en casi todos los casos de atentado a agente de la autoridad el grado mínimo de la pena y esto debe cambiar. Hay que considerar como grave pegar a un policía que está haciendo su trabajo", reflexiona el representante de la CEP.

El Código Penal actualmente vigente en España recoge penas de un año de prisión para quienes cometan este tipo de infracciones, que no siempre pueden quedar demostradas. Pero esta condena, aseguran los sindicatos, no se suele imponer en toda su amplitud. Y ponen ejemplos para demostrarlo. Un hombre detenido en diciembre de 2012 por intentar quemar vivo a un indigente con el que había discutido y que tiró al suelo, insultó y golpeó a los agentes que le arrestaron, sumó a su condena por intento de homicidio seis meses de cárcel por ese atentado contra agente de la autoridad. El reo tenía antecedentes y ya había sido condenado en ocasiones anteriores por lesionar a policías. "Si se aplicase el grado máximo de la pena, cambiarían las cosas", concluye Rodríguez.

El secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Local de Asturias (SIPLA), Manuel Jesús Villa, atribuye, por su parte, el incremento de las agresiones a la crisis económica. "Es evidente que hay más conatos de agresión porque también hay más conflictividad social. La gente está más indignada y lo toma con quiEn tiene que hacer cumplir unas normas que muchas veces no gustan", mantiene el funcionario, argumentando que la crispación generada en la sociedad "se traslada muchas veces a los agentes".

La Policía Local, además, asegura que cuenta con el añadido de que en su trabajo, en muchas ocasiones, obligan al ciudadano a desembolsar dinero en multas. "Nosotros tenemos que poner sanciones administrativas y eso hace que muchas veces la tomen con la Policía Local", mantiene Villa, descartando que, por el momento, entre los funcionarios municipales que trabajan para los diferentes ayuntamientos de Asturias con competencias en seguridad se pueda hablar de un "problema grave".

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