cuando el hambre aprieta, no hay ley que valga.. y no es que las leyes en hispanistán valgan para mucho.. miles de imputados por corrupción, miles de casos de nepotismo y despilfarro.. y ni un responsable..
y eso que la eliminación del servicio militar obligatorio (recordar: sólo para hombres, para mujeres no, que todos somos iguales) ha evitado que la población tenga formación, adiestramiento y capacidad de organización.. sin duda otro éxito de la gran "democracia" de hispanistán..
Aumentan las agresiones a policías en Gijón, alertan los sindicatos de la Comisaría
Un avance de los que les viene encima, a medida que la crisis siga
avanzando el ser policía será cada vez un trabajo más peligroso. Ya han
empezado a quejarse y eso que aún se mantiene el bienestar social.
Ocho agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón se
encuentran actualmente de baja como consecuencia de las lesiones que
sufrieron mientras realizaban su trabajo. Todos ellos fueron agredidos. Los
sindicatos alertan de que es la primera vez que la mitad de los
trabajadores que causan baja en las dependencias policiales gijonesas lo
hace por haber sido víctimas de un atentado contra agente de la
autoridad. Y, además, advierten de que la comisión de este tipo de
delitos no deja de aumentar.
Las lesiones en acto de servicio son ya, de hecho, la primera causa de
accidente laboral en la Comisaría. Algo que no ocurre, por ejemplo, en
la Jefatura Superior de Policía de Oviedo. El fenómeno no es exclusivo
de la Policía Nacional. Los representantes de la Policía Local aseguran
que también ellos sufren el incremento de la conflictividad social.
Gijón es la ciudad de Asturias que más atentados a la autoridad
registra.
Matías Castaño, secretario general del Sindicato Unificado de Policía, exige que este fenómeno sea analizado.
"El aumento de las agresiones a los policías puede suponer la evidencia
de un progresivo deterioro social y una falta de respeto hacia unos
servidores públicos que se encargan de salvaguardar los derechos de
todos los ciudadanos", argumenta el sindicalista, haciendo hincapié
en la necesidad de realizar un "estudio muy amplio, exhaustivo y
riguroso" de los componentes que pueden llevar a esta situación. En esta
misma línea se manifiesta Joaquín Rodríguez, miembro del comité
ejecutivo regional de la Confederación Española de Policía.
Para la CEP, "bajo todo esto que está pasando subyace la pérdida de
valores de la sociedad y que ahora muchos ciudadanos ven a la Policía
como el instrumento del Gobierno". En el grupo de radiopatrullas,
aseguran estos representantes de los trabajadores, es rara la semana en
la que no se producen varias agresiones a agentes. Lo extraño es que
este tipo de infracciones se registran en una ciudad con un índice de
criminalidad situado muy por debajo de la media española de poblaciones
de su tamaño.
Joaquín
Rodríguez argumenta que pegar a un agente de la autoridad "sale
demasiado barato". "Se suele aplicar en casi todos los casos de atentado
a agente de la autoridad el grado mínimo de la pena y esto debe cambiar. Hay que considerar como grave pegar a un policía que está haciendo su trabajo", reflexiona el representante de la CEP.
El Código Penal actualmente vigente en España recoge penas de un año de
prisión para quienes cometan este tipo de infracciones, que no siempre
pueden quedar demostradas. Pero esta condena, aseguran los sindicatos,
no se suele imponer en toda su amplitud. Y ponen ejemplos para
demostrarlo. Un hombre detenido en diciembre de 2012 por intentar quemar
vivo a un indigente con el que había discutido y que tiró al suelo,
insultó y golpeó a los agentes que le arrestaron, sumó a su condena por
intento de homicidio seis meses de cárcel por ese atentado contra agente
de la autoridad. El reo tenía antecedentes y ya había sido condenado en
ocasiones anteriores por lesionar a policías. "Si se aplicase el grado
máximo de la pena, cambiarían las cosas", concluye Rodríguez.
El secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Local de
Asturias (SIPLA), Manuel Jesús Villa, atribuye, por su parte, el
incremento de las agresiones a la crisis económica. "Es evidente que
hay más conatos de agresión porque también hay más conflictividad
social. La gente está más indignada y lo toma con quiEn tiene que hacer
cumplir unas normas que muchas veces no gustan", mantiene el funcionario, argumentando que la crispación generada en la sociedad "se traslada muchas veces a los agentes".
La Policía Local, además, asegura que cuenta con el añadido de que en su
trabajo, en muchas ocasiones, obligan al ciudadano a desembolsar dinero
en multas. "Nosotros tenemos que poner sanciones administrativas y eso hace que muchas veces la tomen con la Policía Local",
mantiene Villa, descartando que, por el momento, entre los funcionarios
municipales que trabajan para los diferentes ayuntamientos de Asturias
con competencias en seguridad se pueda hablar de un "problema grave".
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